El pasado 10 de agosto, Bogotá se vio conmocionada por el asesinato de Harold Aroca, un adolescente de 16 años del barrio Los Laches, localidad de Santa Fe. El joven había sido reportado como desaparecido el 5 de agosto, tras salir de su vivienda rumbo a una práctica de fútbol, y días después su cuerpo fue hallado con signos de violencia en un predio de la Empresa de Acueducto de Bogotá, en los cerros orientales. Dentro de su bolsillo se encontró un papel con un mensaje que decía: “Jajaja. Eso le pasa por sapo”, reforzando la hipótesis de un crimen con intención de amedrentamiento.
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En recientes declaraciones para el podcast 'Relatos al límite de Blu Radio', Diana, madre de Harold, compartió detalles hasta ahora desconocidos del caso. Explicó que el 6 de agosto, alrededor de la 1:00 p.m., recibió una llamada de la tía de su hijo acompañada de un video que mostraba los que serían sus últimos minutos de vida.
Según Diana, en las imágenes se veían a cinco jóvenes, uno de ellos sujetando la sudadera roja de Harold mientras lo increpaban; uno parecía portar un arma de fuego. Ante la desesperación, Diana viajó de Cali a Bogotá y se encontró con un intento de rescate, en el que le exigían 500.000 pesos por la liberación de su hijo. Aunque no entregó el dinero, la situación permitió identificar a los presuntos captores, quienes, según ella, pertenecen a “Los Ranchos”, una estructura del barrio Los Laches dedicada al expendio de drogas.
El presunto móvil estaría relacionado con un crimen ocurrido días antes, el asesinato de Diego, integrante de la banda Los Ranchos, el 3 de agosto. Diana sostiene que el comentario de Harold en el colegio, sobre conocer a los responsables de este homicidio, desencadenó su secuestro y posterior asesinato. La madre refuta categóricamente las versiones policiales que vinculan a su hijo con actividades de microtráfico, asegurando que Harold era un joven ajeno a cualquier delito, con sueños de ser futbolista y pertenecer a la Marina.
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La búsqueda de Harold estuvo marcada por la desesperación de su madre ante la percibida inacción de las autoridades. Un comentario anónimo en redes sociales sugirió buscarlo en el bosque, pero un policía del CAI local desestimó la pista. El 10 de agosto, Diana y familiares decidieron realizar la búsqueda por sus propios medios. Durante una marcha y velatón, vecinos le advirtieron que no confiara en el CAI, al que señalaban de colaborar con estructuras criminales locales.
El caso de Harold Aroca continúa bajo investigación judicial, mientras su madre lucha por justicia y revela la compleja red de amenazas, negligencia y violencia que rodeó los últimos días de su hijo.
