
El pasado 17 de marzo, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, generó gran expectativa entre los habitantes de la capital con unas declaraciones desde Cartagena en las que aseguró que, debido a las lluvias recientes, Bogotá podría ver cambios en el racionamiento de agua para el mes de abril. Estas palabras sembraron esperanza entre los bogotanos que, desde hace semanas, han estado enfrentando turnos de racionamiento de agua, una situación que ha alterado su rutina diaria.
Las expectativas del alcalde frente a la situación del agua
En su intervención, Galán señaló que las lluvias caídas en el último mes podrían ser el punto de inflexión para aliviar el racionamiento en la ciudad. El alcalde indicó que las “medidas de cambio” en el abastecimiento de agua podrían ser implementadas en abril, lo que causó un gran alivio para los bogotanos que han tenido que adaptarse a los horarios y turnos establecidos por las autoridades para poder acceder al agua.
Sin embargo, a pesar de la optimista visión del alcalde, en el ámbito técnico las autoridades encargadas del manejo de los recursos hídricos mantienen una perspectiva más cautelosa. En particular, la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR), que tiene un papel crucial en la gestión del agua en la región, sostiene que aún es prematuro hablar de un fin inmediato del racionamiento.
La visión de la CAR: prudencia y cautela ante el panorama climático
El director de la CAR, Alfred Ballesteros, dejó en claro que, aunque las lluvias de los últimos días han sido importantes, la situación no es suficiente como para hacer una afirmación tan optimista. En una entrevista para 6AM de Caracol Radio, Ballesteros explicó que los embalses de la región aún no han recuperado los niveles necesarios para poder relajar las medidas de racionamiento.
“A veces llueve en las partes urbanas, pero no donde se alimentan los embalses. Estamos extrayendo 17 metros cúbicos por segundo. A veces compensa la lluvia lo que extraemos, pero no suben los niveles”, señaló el director de la CAR. Esta declaración subraya la complejidad de la situación: aunque las lluvias sean intensas en la ciudad, las zonas que abastecen los embalses no siempre reciben el mismo volumen de precipitaciones, lo que dificulta una recuperación rápida de los niveles de agua almacenados.
De acuerdo con Ballesteros, es necesario ser prudentes y esperar que la temporada de lluvias anunciada por el IDEAM para el mes de abril llegue con fuerza. “Todos los embalses están por debajo de un 50%”, advirtió, haciendo un llamado a la prudencia tanto a las autoridades como a las empresas de servicios públicos que operan en la capital. Según su análisis, no es recomendable hacer ajustes a las medidas de racionamiento hasta que los embalses recuperen un nivel superior al 50%, lo cual podría tardar aún varias semanas, incluso meses.
¿Cuándo se podría pensar en el fin del racionamiento?
La visión de la CAR indica que el racionamiento podría extenderse por más tiempo del que esperan muchos bogotanos. En palabras de Ballesteros, “hay que esperar que los embalses recuperen más sus condiciones, que ojalá sobrepasen el 50% para poder repensar las medidas”. Además, advirtió que la temporada seca en la Región Andina, que suele durar hasta septiembre, podría complicar aún más la situación.
En este contexto, la CAR hace un llamado a la adaptación a la nueva realidad del cambio climático. La sequía prolongada y los periodos de lluvias irregulares son ahora una constante, lo que requiere de una gestión más rigurosa y de la conciencia colectiva sobre el uso racional del agua.
¿Fin del racionamiento en abril? Un panorama incierto
En resumen, aunque el alcalde Carlos Fernando Galán mostró optimismo respecto a una posible mejora en el abastecimiento de agua en abril, las autoridades técnicas, como la CAR, consideran que es demasiado pronto para tomar decisiones apresuradas. A pesar de las lluvias recientes, los embalses de la región siguen por debajo del 50% de su capacidad, lo que sugiere que el racionamiento podría continuar por varias semanas más, incluso hasta mayo o más allá.
La clave en este momento está en la prudencia y la espera de la temporada de lluvias que el IDEAM ha pronosticado para abril, así como en la adaptación de todos los sectores a la nueva realidad climática. Por lo tanto, los bogotanos deben estar preparados para una posible prolongación del racionamiento y contribuir al uso racional del agua mientras las autoridades trabajan en encontrar soluciones sostenibles para el futuro.