
Luz Alba Vanegas Cubillos es una de las tantas colombianas que ha dedicado su vida al servicio público, con más de 30 años de experiencia en la Cancillería, la entidad encargada de manejar la política exterior de Colombia. Sin embargo, a tan solo tres meses de cumplir la edad de jubilación, la funcionaria fue despedida sin una explicación oficial, lo que ha generado gran indignación y ha puesto en tela de juicio las políticas laborales del actual gobierno.
El 11 de diciembre de 2024, Vanegas recibió la noticia de su destitución. Tras tres décadas de trabajo, con un expediente limpio y varios reconocimientos por su desempeño, se le comunicó que su cargo como asesora en el Despacho del Ministro de Relaciones Exteriores era "insubsistente".
Esta decisión no se sustentó en ninguna razón formal. Según la funcionaria, fue informada informalmente de que "necesitaban su cargo", y aunque se mencionaron rumores sobre la posible influencia de cuotas políticas, ella no tiene pruebas de ello.
"Estoy muy triste y defraudada. Creí que este gobierno iba a defender a la gente que, como yo, se ha hecho a pulso", afirmó Vanegas en una entrevista exclusiva con Cambio, medio con el que conversó sobre su caso.
La exfuncionaria, que llegó al cargo de asesora de alto nivel por mérito propio, nunca imaginó que su salida se produciría de esta manera, especialmente cuando se encontraba tan cerca de cumplir los requisitos para su pensión.
Vanegas comenzó su carrera en la Cancillería siendo muy joven y, a lo largo de los años, ascendió gracias a su dedicación y profesionalismo.
A lo largo de su trayectoria, desempeñó diversos cargos, incluyendo funciones en la Fiscalía y en organismos internacionales, lo que le permitió acumular una vasta experiencia en derechos humanos. En su trabajo, contribuyó a la implementación de políticas relacionadas con la lucha contra la tortura, el reclutamiento de menores y otros compromisos internacionales adquiridos por Colombia.
"Soy una persona que se formó con mucho esfuerzo. Mis estudios los pagué con mi propio trabajo. No tuve ningún tipo de apoyo del Ministerio para mi formación académica. Vengo de una familia humilde, y me hice profesional con mis propios recursos", cuenta Vanegas. A lo largo de su carrera, destacó por su capacidad técnica y su dedicación, siempre buscando aportar al desarrollo de la política exterior del país en el ámbito de los derechos humanos.
El gobierno de Petro y las contradicciones en sus políticas
El despido de Vanegas se produce en un contexto político complejo. En la misma semana, el presidente Gustavo Petro defendió el nombramiento de Daniel Mendoza Leal, conocido por sus controversiales opiniones en redes sociales, como embajador en Tailandia. Esta decisión generó una ola de críticas por los comentarios misóginos y pedófilos de Mendoza, lo que pone en evidencia una aparente contradicción en la defensa de los principios de igualdad y respeto que el gobierno del presidente Petro había promovido durante su campaña electoral.
Luz Alba Vanegas, quien en su carrera se mostró apolítica y comprometida con el servicio público, no pudo evitar comparar la situación de su despido con estos nombramientos. "Cuando el presidente habla de derechos humanos, yo me siento defraudada. Este gobierno parece hablar de una cosa, pero hace otra", señaló.
Tras ser notificada de su despido, Vanegas no ha quedado de brazos cruzados. Ha interpuesto una tutela para exigir su reincorporación y cumplir los tres meses restantes hasta obtener su pensión. A pesar de la difícil situación económica que enfrenta, pues su salario es su única fuente de ingresos, la exfuncionaria asegura que su lucha no solo es por su bienestar personal, sino también por dignidad.
"Quiero que se reconozca el trabajo de personas como yo, que no hemos recibido favores ni apoyos, pero que siempre hemos dado lo mejor para el país", afirmó con firmeza.
Mientras la situación de Vanegas sigue siendo incierta, su caso ha generado un debate sobre las prácticas laborales en el sector público y la vulneración de derechos de los trabajadores.