
El expresidente Álvaro Uribe Vélez renunció formalmente a la prescripción de su proceso en el Tribunal Superior de Bogotá. Su abogado, Jaime Granados, explicó que la decisión busca darle al tribunal el tiempo suficiente para un análisis exhaustivo del “enorme caudal probatorio y los alegatos presentados en ese juicio junto con el recurso de apelación y sus respuestas”.
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Según Granados, la determinación fue tomada por Uribe “de una manera libre, inteligente, bien informada, sopesando todos los pros y contras, con su defensa”. El abogado agregó que la intención es “no forzarnos a que el tribunal tenga que correr y precipitarse una decisión o, peor aún, beneficiarse de una prescripción cuando su compromiso ha sido siempre la verdad y la justicia”.
Granados recordó que no es la primera vez que Uribe opta por este camino. “El presidente tiene muy claro, y así lo manifestó, que él, como en el pasado, ha renunciado a la prescripción en otros casos, porque él siempre ha buscado que la verdad y la justicia prevalezcan”, afirmó.
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Implicaciones y mecanismos jurídicos de la renuncia
En Colombia, la renuncia a la prescripción es un derecho personalísimo, regulado de forma particular. El abogado aclaró que el tribunal debe pronunciarse sobre el memorial, pero no tiene potestad para negarlo: “Indudablemente que como toda petición que se eleva al tribunal, pues el tribunal tiene que pronunciarse. Lo que ocurre es que el texto de la ley, artículo 85 del Código Penal, no deja espacio alguno ni tampoco a que la única alternativa es aceptarlo. Es un derecho personalísimo que se renuncia de manera libre, informada, inteligente”, señaló.
Esta decisión significa que el Tribunal Superior de Bogotá contará con un plazo máximo de dos años para emitir su fallo. Sin embargo, Granados aclaró que no se espera agotar ese tiempo y que la decisión podría conocerse en “tres, cuatro, cinco, seis meses”.
Finalmente, el abogado destacó que este mecanismo es particular del sistema colombiano: “Lo más importante es que aquí no hay, a diferencia de lo que ocurre en otros países, que no es posible renunciar a la prescripción. En Colombia, afortunadamente sí es posible”.