
La Selección Colombia sigue dando de qué hablar. Después de la goleada 3-0 sobre Bolivia en Barranquilla, el equipo de Néstor Lorenzo aseguró su clasificación al Mundial 2026, llenando de ilusión a los aficionados. James Rodríguez, uno de los referentes del equipo, volvió a brillar en la cancha. Pero más allá de los goles y los aplausos, su vida personal también genera curiosidad.
James, de 34 años, tiene en Luisa Duque un gran apoyo fuera de la cancha. Ella, de 22 años y nacida en Pereira, es modelo e influencer, y ha logrado construir su propio camino en la moda y las redes sociales. Con más de 240 mil seguidores en Instagram y más de 2.3 millones de “me gusta” en TikTok, Luisa demuestra que tiene personalidad propia y que su vida brilla más allá de su relación con el futbolista.
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La relación se hizo pública en enero de 2025, cuando fueron captados besándose a la salida de un partido del Club León en México. Desde entonces, han logrado mantener un equilibrio entre exposición mediática y privacidad, mostrando una relación basada en apoyo mutuo y complicidad. Luisa ha acompañado a James en diferentes momentos de su carrera, siempre con discreción y respeto, demostrando madurez frente a la presión de los medios y las redes sociales.
Pero Luisa no solo es conocida por ser la pareja de James. A sus 22 años ha trabajado con marcas importantes y comparte con sus seguidores consejos de moda, belleza y estilo de vida. Además, ha respondido con serenidad a las críticas en redes: “Cada uno da lo que tiene en su corazón”, dijo en febrero de 2025, dejando claro que sabe mantenerse auténtica y firme ante la opinión pública.
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Mientras la Selección se prepara para visitar a Venezuela en la última jornada de las eliminatorias, el interés del público no está solo en los resultados deportivos. La vida de sus jugadores, especialmente figuras como James, también genera tema de conversación.
El deportista y la modelo son un ejemplo de cómo la fama no debe opacar la vida privada. Entre fútbol, redes y proyectos personales, ambos continúan construyendo sus caminos, recordándonos que, más allá del deporte, su historia y su vida importan.