
Todos los latinos fueron invitados a la fiesta que armó el cantante colombiano Carlos Vives en el Festival de Viña del Mar. Y así fue, nadie faltó a la celebración en la que el samario agradeció estar por cuarta vez, frente a más de 15 mil almas que no pararon de corear sus más grandes éxitos. Carlos Vives se convirtió ayer, según la prensa del Festival, en el artista que regaló el mejor show.
A las 8:00 de la noche, hora colombiana, se encendieron las luces que dibujaron la imagen de Vives, la gente empezó a gritar su nombre, y él respondió. Una salida emotiva. El Monstruo de Viña le dio la mejor de las bienvenidas, y él entregó sus mejores canciones: Pa' Maité, fue el punto de partida, ya que ese tema revela la historia del cantante, y además encendió toda le energía de los presentes, que no pararon de bailar con las canciones de su álbum Corazón profundo.
Vives habló de Colombia. Explicó la cercanía del país con el resto del mundo. Quitó las barreras que el hombre ha creado y le habló a un publico no solo chileno, sino colombiano, ecuatoriano, cubano, y venezolano, ese que en todo el trayecto de su carrera lo ha apoyado. A cambio, les dio la mejor de las fiestas, y precisamente esa, Ella es mi fiesta fue la favorita entre los presentes que la cantaron a todo pulmón.
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Una pausa musical permitió al publico gritar a viva voz: '¡gaviota!, ¡gaviota!', y la orden fue servida en bandeja de plata. Vives recibiría la primera de sus dos gaviotas, esta de plata, pero esa quiso compartirla con un joven con discapacidad que conocía todas sus canciones. Se acercó, le agradeció el acompañamiento a sus canciones, a su trayectoria y la se la dejó en las manos. El publico enloqueció. El gesto del cantante demostraba una vez más la calidad humana que lo ha llevado al éxito.
Y en esa muestra insistente de Vives por su talento colombiano, llevó con él a ChocQuibTown, el grupo de origen chocoano, que salió a prender más la celebración, y al son de Somos Pacifico, pusieron de pie a todo Viña. Luego, junto al 'maestro', como es llamado por ellos, interpretaron El mar de sus ojos. La fiesta apenas empezaba.
El cantante puertoriqueño Wisin revolucionó a los presentes. Vives cantó con él Carta de amor, un momento emotivo en el que las parejas se abrazaron y bailaron con pasión el tema romántico de los artistas.
El cierre fue de oro. Vives recibió su segunda gaviota de oro, y a cambio les regaló los temas: La Bicicleta, y Robarte un Beso, en la compañía de Sebastián Yatra, cantante colombiano que se encuentra en el mejor momento de su carrera, y fue ovacionado con furor por toda Viña.
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Un show impecable, lleno de Caribe, de baile, vallenato, y emociones. Un show que mostró a un Vives humano, lleno de alegría por estar en Chile, pero también con nostalgia por no estar con su familia. Regresar a mi pueblo, fue el tema que sacó lágrimas sinceras de él, y de su publico, en su mayoría extranjero, de esos que se van de casa por un futuro mejor, y que en la distancia no pierden la esperanza de volver. Ese fue el mensaje insistente del samario, a un publico internacional que lo abrazo con aplausos y que al final solo podían corear "¡Gracias Carlos Vives!"
