No es solo perder a una mascota; es despedirse de un amigo que siempre estuvo ahí, de un confidente silencioso, de un compañero fiel que vio cada logro y cada caída.
El domingo 28 de septiembre, el mundo de la Fórmula 1 se detuvo por un momento al conocer la triste noticia de que Roscoe, el querido bulldog de Lewis Hamilton, había partido. No era solo una mascota, era un miembro de la familia, un amigo inseparable que estuvo al lado de Lewis durante más de una década, siendo testigo de sus triunfos, desafíos y momentos más íntimos.
Los últimos días de Roscoe fueron una verdadera batalla. El perrito fue diagnosticado con neumonía, su salud empeoró rápidamente y tuvo que ser colocado en soporte vital. Lewis, profundamente afectado, decidió estar a su lado, dejando de lado compromisos profesionales y compartiendo con sus seguidores la difícil situación de su amigo.
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Sin embargo, por más esfuerzos que hizo para salvarlo, Hamilton confesó en sus redes sociales: “Después de cuatro días con soporte vital, luchando con cada gramo de fuerza que tenía, tuve que tomar la decisión más difícil de mi vida y despedirme de Roscoe. Nunca dejó de luchar, hasta el final”.
Recordó lo agradecido que se sentía por haber compartido su vida con Roscoe: “Me siento tan agradecido y honrado de haber compartido mi vida con un alma tan hermosa, un ángel y un verdadero amigo. Traer a Roscoe a mi vida fue la mejor decisión que he tomado, y siempre apreciaré los recuerdos que hemos creado juntos”.
Aunque nunca antes había tenido que tomar la decisión de poner a un perro a dormir, Lewis mostró su empatía con todos los que han perdido una mascota. Para él, tener a Roscoe fue una de las experiencias más hermosas de la vida: amar tan profundamente y ser amado en retorno.
Roscoe, que habría cumplido 13 años en octubre, era una figura conocida dentro del paddock de la F1 y en redes sociales, con más de 1.4 millones de seguidores en su propia cuenta de Instagram. Su carisma y presencia se robaron las miradas de miles de fanáticos que lo vieron crecer junto a su dueño.
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El piloto de la Fórmula 1, Lewis Hamilton, cerró su mensaje con el corazón lleno de gratitud hacia todos los fanáticos que compartieron el cariño por Roscoe a lo largo de los años. Pues aquel domingo por la noche, no se despedía solo de su perro; decía adiós a un amigo que le enseñó el verdadero significado de la lealtad, del amor incondicional y de la magia de compartir la vida con alguien que siempre está a tu lado.
