
El escenario de Kién es Kién ha recibido a importantes figuras de la escena nacional, un espacio donde hombres y mujeres han encontrado su voz para contar las historias más íntimas de sus vidas. Hoy recordamos la entrevista en la que Verónica Alcocer, ahora primera dama de Colombia, le contó a Adriana Bernal cómo comenzó su historia de amor con el presidente Gustavo Petro. Desde su primer encuentro hasta el vínculo inquebrantable que han construido, Alcocer compartió cómo lograron superar sus diferencias ideológicas y los desafíos de su relación.
Verónica conoció a Petro cuando tenía entre 20 y 21 años. Aunque su familia era profundamente conservadora, ella se sintió intrigada por el líder político, quien venía de un mundo muy distinto al suyo. "Cuando lo vi por primera vez, pasó a mi lado sin mirarme, pero de repente se detuvo y dijo: 'O mira, qué ojos tan hermosos'. En ese momento, me pregunté: '¿Y este señor, qué contendrá?'", recordó entre risas.
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El destino, sin embargo, tenía planes para ellos. Un amigo en común actuó de celestino y terminó acercándolos. Durante meses, su relación creció hasta que llegó el momento de presentarlo a su familia, un desafío en sí mismo.
"Mi papá era un hombre culto, lector y con ideas firmes. Sabía que presentar a Gustavo no sería fácil, así que usé la estrategia de no decir su nombre de inmediato. Le dije: 'Papá, quiero que conozcas a alguien, es una persona muy inteligente como tú. Si después de hablar con él no te convence, lo entenderé'."
Cuando finalmente se conocieron, su padre lo recibió con una gran cena, pues era un apasionado de la cocina. Ese encuentro marcó el inicio de una relación de respeto y cariño entre ambos. "Desde ese día, se entendieron perfectamente. Mi papá lo aconsejaba, le daba su opinión sobre distintas cosas y, con el tiempo, lo llegó a ver como un hijo."
Amor por encima de las diferencias
A pesar de sus orígenes tan distintos, Verónica y Gustavo construyeron una familia basada en el respeto y el diálogo. "Nosotros venimos de mundos diferentes, pero entendimos que el amor y la familia están por encima de cualquier pensamiento político."
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La relación entre Petro y su suegro fue tan cercana que su muerte afectó profundamente al presidente. "Creo que una de las pocas veces que he visto llorar a Gustavo fue cuando enterramos a mi papá. Subió al púpito, dio unas palabras y no pudo contener las lágrimas."
Actualmente, Verónica Alcocer y Gustavo Petro siguen siendo una pareja sólida. Su historia es un testimonio de cómo el amor puede superar diferencias y desafíos. "Hemos construido una vida juntos basada en el respeto, la transparencia y el amor. Eso es lo que realmente importa."