
Después de siete largos años, la justicia finalmente se ha hecho presente en el caso de Sandra Milena Alegría, una mujer de 35 años que fue asesinada por su exesposo, Rodolfo Andrés Pérez cinco días después de que la víctima volviera a casarse.
Los hechos ocurrieron el 10 de octubre de 2018 en el barrio Colina Campestre de Bogotá. La reciente decisión del Tribunal Superior de Bogotá ha revocado la absolución que Pérez había recibido en 2021, condenándolo ahora a 50 años de prisión por el feminicidio de Alegría.
Sandra Milena Alegría fue brutalmente atacada con un arma blanca en su hogar, un ataque que también dejó gravemente herido a Billy Hernán Ortiz Rincón, su pareja sentimental, quien logró sobrevivir al fingir estar muerto. Este hecho, que conmocionó a la sociedad colombiana, evidenció la extrema violencia que enfrentaba Sandra, quien ya había sido víctima de maltrato físico, psicológico y económico por parte de su agresor, Rodolfo Andrés Pérez.
Sin embargo, el caso fue objeto de controversia cuando, en agosto de 2021, el acusado fue absuelto por un juez de primera instancia debido a la supuesta falta de pruebas. La decisión fue recibida con sorpresa y desconcierto, ya que muchos consideraron que la justicia había fallado al no reconocer la magnitud de la violencia ejercida contra Sandra.
No obstante, la historia dio un giro decisivo cuando la Fiscalía apeló la sentencia y presentó nuevas evidencias que demostraban sin lugar a dudas la culpabilidad de Pérez. En su fallo reciente, el Tribunal Superior de Bogotá señaló que la valoración integral de los testimonios y pruebas técnicas era suficiente para demostrar la culpabilidad del acusado. El tribunal estableció que Pérez había ingresado al apartamento de Sandra, la atacó de manera brutal y luego intentó asesinar a Ortiz Rincón, quien, afortunadamente, logró sobrevivir y testificar sobre los hechos ocurridos esa noche.
El fallo también destacó un aspecto crucial que había sido omitido en la sentencia absolutoria de primera instancia: el enfoque de género. Según la delegada de la Fiscalía, en la decisión inicial no se consideró adecuadamente la violencia económica y emocional que el acusado había ejercido sobre la víctima durante su relación. Esta omisión, según los magistrados, fue una de las razones por las que el caso no había sido adecuadamente juzgado.
A pesar de que el caso fue inicialmente abordado desde una perspectiva limitada, la apelación y el posterior fallo del Tribunal Superior de Bogotá han logrado hacer justicia, no solo para Sandra, sino también para todas las mujeres que han sido víctimas de violencia machista. La condena de Rodolfo Andrés Pérez es una victoria simbólica para las mujeres que luchan por su derecho a una vida libre de violencia.
El caso de Sandra Milena Alegría subraya la necesidad de un enfoque integral en la justicia penal, que no solo se base en las pruebas materiales, sino también en una comprensión profunda de la violencia estructural y simbólica que sufren las mujeres. Además, la sentencia refuerza la importancia de contar con un sistema judicial sensible al género, que pueda identificar las dinámicas de control y abuso que ocurren en muchos hogares, y que pueda garantizar una respuesta adecuada ante estos crímenes.