La arquitecta silenciosa de una victoria histórica
Rama Duwaji, artista de 28 años y esposa del recién electo alcalde de Nueva York, Zohran Mamdani, desempeñó un papel central en la campaña que lo llevó a convertirse en el primer alcalde musulmán y de origen surasiático en la historia de la ciudad estadounidense.
Si bien Duwaji mantuvo un perfil público discreto, su influencia se sintió en cada detalle del proceso: desde la identidad visual y digital del proyecto hasta la conexión emocional con los votantes.
Duwaji fue la responsable de definir el diseño de la campaña: creó el logotipo, la tipografía y la paleta cromática —una combinación de amarillo, naranja y azul— que se volvió parte del imaginario de los neoyorquinos durante las elecciones. Los colores y las formas no fueron elegidos al azar: evocaban elementos cotidianos de la ciudad, como la MetroCard del transporte público y los equipos locales de béisbol, buscando que la campaña se sintiera cercana y reconocible para la ciudadanía.
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Una voz estratégica detrás de la imagen pública
Más allá de la estética, Rama Duwaji ayudó a definir el tono comunicativo de Mamdani. Su experiencia como ilustradora digital le permitió aportar una narrativa visual coherente, moderna y empática. Desde el inicio, trabajó para que el mensaje de la campaña —centrado en inclusión, justicia social y diversidad— se tradujera en imágenes accesibles y emocionales.
El equipo de Mamdani reconoce que Duwaji fue clave para consolidar la presencia digital del candidato, especialmente entre votantes jóvenes y comunidades inmigrantes. Su enfoque visual contribuyó a convertir la campaña en un movimiento urbano con identidad propia, reconocible tanto en redes sociales como en los barrios de Queens o Brooklyn.
La fuerza discreta que acompañó la campaña
Durante la contienda, Duwaji optó por mantenerse fuera del foco mediático. No participó en debates ni actos públicos, y apenas se refirió al proceso en sus redes sociales. Su presencia era deliberadamente invisible: prefería que la atención recayera sobre las propuestas de Mamdani, no sobre su figura.
Sin embargo, estuvo presente en todos los momentos decisivos, desde las jornadas de votación hasta el cierre de campaña. Testimonios cercanos la describen como una “fuerza silenciosa” que equilibraba la intensidad política con apoyo emocional y precisión logística. En su discurso de victoria, Mamdani la mencionó entre aplausos: “No hay nadie a quien preferiría tener a mi lado en este momento y en cualquier otro”, dijo el alcalde electo.
Activismo, arte y empoderamiento
Antes de la campaña, Rama Duwaji ya era reconocida por su trabajo artístico vinculado a temas de justicia social, migración y derechos humanos. Su obra, publicada en medios como The New Yorker y The Washington Post, aborda desde la experiencia de los refugiados sirios hasta la situación en Palestina y los desafíos de la mujer en contextos autoritarios.
Ese compromiso con la denuncia y la empatía social se refleja también en su estética personal. Lejos de los códigos formales de las esposas de políticos tradicionales, Duwaji prefiere un estilo sobrio y vanguardista, con prendas de diseñadores árabes emergentes.
La historia de Rama Duwaji ilustra una nueva forma de influencia política: callada, colaborativa y creativa. Desde la sombra, tejió la identidad visual y emocional de una campaña que hizo historia. Y ahora, desde el centro de Nueva York, simboliza algo más amplio: una generación de mujeres jóvenes, diversas y comprometidas que están redefiniendo lo que significa estar cerca del poder sin perder la autenticidad
