
Después de terminar su partido contra Australia, el único que ganó la selección española, los jugadores se fueron directamente al aeropuerto de Curitiba para embarcar rumbo hacia Madrid, donde llegaron a las 12 del mediodía. Al aterrizar se llevaron un tremendo susto: un rayó los impactó.
Por fortuna, el incidente no causó más problemas que un sobresalto entre los viajeros y no ha pasado de ser una macabra y caprichosa anécdota para poner el punto y final a una competición para olvidar de la vigente campeona del Mundo.
Del desagradable susto se han librado Gerard Piqué, Cesc Fábregas y Diego Costa quienes no han viajado con el resto de sus compañeros porque prefirieron irse a sus destinos vacacionales directamente desde Brasil.