
Durante la edición número 59 de la Convención Bancaria, uno de los eventos más importantes del sector económico y empresarial en Colombia, la canciller Laura Sarabia protagonizó un emotivo momento que generó una intensa reacción en la opinión pública.
En un panel organizado por Asobancaria y moderado por la periodista María Elvira Arango, Sarabia se quebró en llanto al hablar de los sacrificios personales que ha debido asumir por su vida política, revelando una dolorosa carga emocional asociada al ejercicio del poder, especialmente como mujer joven y madre.
Una confesión que rompió barreras
“Siento culpa de sacrificar a mi hijo... pero siempre vale la pena cuando yo llego a casa, o recibo una llamada y él me dice: ‘Te amo, mamá’”, expresó Sarabia entre lágrimas, dejando ver el precio que ha pagado en su vida familiar. La canciller no solo compartió detalles íntimos, sino que visibilizó las tensiones constantes entre lo público y lo privado que enfrentan muchas mujeres que ocupan cargos de poder.
En el escenario, compartió espacio con otras mujeres líderes como Johana Bahamón y la medallista olímpica Catherine Ibargüen, en un panel que buscaba destacar el papel de las mujeres en distintos ámbitos de la sociedad. Sin embargo, fue la vulnerabilidad mostrada por Sarabia la que marcó la jornada.
“Laura Sarabia es una mujer muy fuerte, pero también se ha quebrado muchas veces en el silencio. Somos humanas, nos equivocamos, lloramos, reímos...”, dijo la funcionaria, resaltando que los cargos son transitorios, pero que su identidad como madre y mujer permanece.
El costo de ser mujer en el poder
El testimonio de Sarabia toca una fibra sensible: ser mujer en la política colombiana no solo implica romper techos de cristal, sino también soportar juicios despiadados que muchas veces se intensifican por razones de género. La canciller ha estado en el centro de diversas polémicas durante el gobierno de Gustavo Petro, y su nombre ha sido objeto de controversia tanto en medios como en redes sociales.
A pesar de las duras críticas que ha enfrentado, algunas tan graves como acusaciones en torno a abusos de poder y escándalos políticos, el momento vivido en Cartagena mostró una faceta poco vista de la Canciller.
Las redes sociales no tardaron en reaccionar. Mientras unos aplaudieron la valentía de Sarabia por visibilizar la carga emocional que muchas mujeres enfrentan en silencio, otros no mostraron la misma empatía. Comentarios como “lágrimas de cocodrilo” o “debería estar en la cárcel” reflejan cómo el debate público en Colombia muchas veces se cruza con linchamientos digitales que desconocen la complejidad del ser humano detrás del cargo.
La senadora Angélica Lozano escribió en X: “Mujeres con poder, algo que la sociedad castiga con crueldad. Bonito y duro panel con mujeres en campos muy distintos”. Por su parte, el comunicador David Camacho fue enfático: “Laura Sarabia es mujer, joven y está en uno de los mundos más hostiles: la política. No sabemos lo que ha tragado para llegar ahí. Hoy la red la quema viva”.