
El exministro Mauricio Lizcano lanzó un mensaje directo que marca el tono de su aspiración presidencial: “Arrebatémosle la agenda política a Petro y Uribe”. Con esta propuesta busca quitarles a las dos figuras más influyentes de las últimas décadas el control de la conversación pública y abrir paso a un debate distinto rumbo a las elecciones de 2026 en Colombia.
Lizcano plantea desplazar la discusión del país hacia metas concretas y verificables en seguridad, empleo y servicios públicos. Con ello, intenta conectar con un electorado que, según su lectura, está agotado de la polarización entre el presidente Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe, una dinámica que ha mantenido a Colombia atrapada en un pulso ideológico sin soluciones tangibles.
“Arrebatémosle la agenda política a los extremos. Propongo sellar un acuerdo entre ciudadanos, empresarios, organizaciones sociales y candidatos para que los extremos no nos sigan gobernando”, dijo Lizcano en su mensaje. La frase apunta a un pacto amplio que deje atrás la lógica de la confrontación y ponga en el centro los problemas reales de la gente.
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El desafío no es menor: reposicionar la agenda nacional frente a dos líderes que durante años han impuesto las prioridades del debate. Sin embargo, Lizcano intenta capitalizar el desgaste de esa narrativa para presentarse como la opción que devuelve la política a lo esencial: seguridad en los territorios, empleo estable y servicios públicos eficientes.
En este terreno, su apuesta es clara: arrebatar la iniciativa, introducir nuevos temas en la discusión y demostrar que la agenda del futuro no pertenece ni a Petro ni a Uribe, sino a los ciudadanos que exigen resultados. Con ese discurso, busca convertirse en el candidato que rompa la polarización y lidere un nuevo capítulo en la política colombiana.