La nueva Encuesta de Percepción Ciudadana 2025 de Bogotá Cómo Vamos muestra una Bogotá con más miedo, pero también con más orgullo. Los bogotanos reportan el nivel más alto de percepción de inseguridad en 17 años, mientras mejoran la satisfacción y el optimismo frente a la ciudad.
El estudio, aplicado entre el 7 y el 29 de octubre con 1.520 encuestas, señala que el 62 % de los ciudadanos se siente inseguro en la ciudad y el 43 % en su barrio. A pesar de ese dato, el 61 % está satisfecho con Bogotá como lugar para vivir, el 57 % se declara orgulloso y el 48 % es optimista sobre su futuro, todos en aumento frente a 2024.
Más miedo, menor respaldo al gobierno distrital
La encuesta marca una brecha entre la imagen de la ciudad y la evaluación de sus autoridades. Mientras suben los indicadores de orgullo y satisfacción con Bogotá, la aprobación de la gestión distrital cae del 42 % al 26 % en un año.
La confianza en la Alcaldía sigue siendo baja, aunque pasa de 12,3 % a 17,7 %. Es una mejora ligera que no compensa la caída en la calificación general y refuerza la idea de que muchos ciudadanos confían en la ciudad, pero no tanto en quienes la gobiernan.
Seguridad, el principal punto de quiebre
La seguridad se confirma como el problema que más preocupa a los bogotanos. La mayoría percibe la ciudad como insegura, incluso cuando la experiencia directa de delito no crece en la misma medida, lo que muestra el peso del miedo en la conversación pública.
En el entorno cercano, los ciudadanos mencionan sobre todo atracos callejeros, consumo de sustancias psicoactivas y robos a viviendas. La sensación de riesgo es mayor entre mujeres, hogares de menores ingresos y habitantes de zonas con historial de alta criminalidad.
Jóvenes más optimistas y mejoras sociales puntuales
En el grupo de 18 a 25 años se registra el mayor nivel de optimismo frente al futuro de Bogotá, por encima del promedio general.
La encuesta también muestra avances en algunos indicadores sociales: disminuye la proporción de personas que se perciben como pobres y baja, frente a los años de pandemia, el porcentaje de hogares que reportan pasar hambre, aunque estos problemas siguen concentrados en los sectores más vulnerables.
Los datos dejan un mensaje claro para la agenda de ciudad: la inseguridad se consolida como alerta principal y obliga a revisar las estrategias en los barrios, mientras el aumento de orgullo y optimismo, sobre todo entre los jóvenes, indica que Bogotá no es una ciudad resignada.
