
En una operación conjunta entre la Policía Metropolitana de Bogotá y la Fiscalía General de la Nación, se dio la separación de una estructura criminal que operaba en el barrio San Bernardo, en pleno centro de Bogotá y que se dedicaban al microtráfico de sustancias alucinógenas.
La banda delincuencial, quienes según las autoridades tenía ingresos mensuales cercanos a los 120 millones de pesos, empleaba a los habitantes de calle del sector y a menores de edad para transportar y esconder las drogas.
Los delincuentes usaban métodos como esconder estupefacientes en carretillas de reciclaje, bolsas de basura y dentro de los zapatos para pasar desapercibidos y evitar los controles policiales en la zona.
Esta estructura estaba al servicio del grupo delincuencial conocidos como “Los Venecos”, quienes son una red más amplia con presencia en distintos sectores de la capital y que estaría vinculada a los actos donde se han registrado explosiones en este neurálgico sector de la ciudad.
Entre los capturados se encuentra alias Wilson, identificado como el líder logístico de la organización quien se encargaba de adquirir los estupefacientes y coordinar su distribución en la calle. Además, también fue detenido alias Segovia, quien era considerado uno de los administradores de la banda, y quien anteriormente había sido capturado por porte ilegal de armas de fuego y por una presunta relación con un homicidio ocurrido en Andes, Antioquia.
“Estas personas registran antecedentes por homicidio, tráfico de estupefacientes, concierto para delinquir, porte ilegal de armas de fuego y hurto calificado y agravado”, señaló el brigadier general Giovanni Cristancho Zambrano, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá.
De paso, también fue detenida alias Olga, pareja sentimental de Segovia, quien habría involucrado a su sobrina, una menor de 17 años, en las actividades ilegales del Clan Azul. Otros miembros como alias El Gordo y alias Lizeth, se encargaban del rol de expendedores y convencían a habitantes en condición de calle para colaborar ocultando y distribuyendo los alucinógenos.
Por otro lado, en los operativos realizados en Ciudad Bolívar, Kennedy y Santa Fe, se logró incautar más de 4 mil dosis de drogas, además de dinero en efectivo y teléfonos celulares que eran utilizados para coordinar las ventas.
Los ocho capturados fueron puestos a disposición de las autoridades competentes, de los cuales siete recibieron medida de aseguramiento en un centro carcelario y uno fue enviado a detención domiciliaria. La Fiscalía les imputó los delitos de tráfico de estupefacientes, uso de menores de edad para la comisión de delitos y concierto para delinquir.