
En medio de la intensa ola de violencia que vive el país en contra de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, con el denominado “plan pistola” que ha sido ejecutado por diferentes grupos armados en el territorio nacional, ahora una de las organizaciones criminales estaría planeando un cambio generacional en sus cabecillas, en una tendencia que puede desencadenar en actos más violentos y radicales.
Dicha organización es el Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), el cual es popularmente conocido como el Clan del Golfo. Según informó el medio Semana, estos serían los responsables detrás de los diversos ataques a la fuerza pública, dando paso a nuevas generaciones que se añaden a la estructura criminal, quienes han sido denominados por las autoridades como “cuarta generación”.
Según el medio citado, los jóvenes cabecillas se posicionan en varias zonas de alta influencia del país, siendo una de ellas el Urabá antioqueño, el sur del departamento de Córdoba y la Costa Caribe.
Uno de los nombres nuevos que al parecer tomaron las riendas del Clan del Golfo es el de Carlos Everto Higuita Úsuga, conocido como alias A. Chejo, quien con apenas 25 años ya estaría liderando la subestructura Carlos Vásquez, uno de los componentes operativos clave dentro de la organización en Colombia.
Allí se encargaría de la producción de pasta base de coca (PBC) y el transporte de cargamentos hacía Centroamérica, Norteamérica y Europa.
Según el informe revelado por el medio en mención, este integrante habría ingresado al Clan del Golfo con tan solo 15 años, y, en menos de una década, logró ascender en la escala jerárquica de la estructura. En 2014 habría sido nombrado cabecilla del narcotráfico y ocupaba un puesto de liderazgo en la estructura central.
“Esta generación no tiene formación ni ideología. Son sicarios con poder de decisión. Lo que hace es mirar los modelos mexicanos con el tema de las matanzas y lo pretenden replicar en Colombia. Su ambición es el poder y el dinero”, dijo uno de los oficiales de inteligencia.
De la misma manera, el uniformado indicó que, a diferencia de otros líderes, los pertenecientes a la “cuarta generación”, aunque carecen de trayectoria criminal, tienen una radicalidad y brutalidad que los convierten en fichas clave al interior de las organizaciones.
“Aprovechan que los jóvenes son más violentos para colocarlos como cabecillas (...) no les interesa figurar ante los medios de comunicación, como sí lo hacían antes los grandes cabecillas de los grupos alzados en armas”, comentó el oficial a Semana.
Además, las Fuerzas Militares también entregaron otros nombres como: Wilmar Albeiro Mejía Úsuga, alias Richard, quien sería cabecilla de la subestructura Edwin Román Velásquez; Jaime Iván Moreno Guisao, alias Chibolo y Sebastián Chavarría Mazo, alias Guacha, quienes también pertenecen a esta nueva ola de jóvenes cabecillas.