La cotización del dólar en Colombia continúa su descenso sostenido, marcando una tendencia que inquieta a algunos sectores y genera alivio en otros. Al comenzar esta semana, la Tasa Representativa del Mercado (TRM) se ubicó en $4.090, una caída significativa respecto a los picos cercanos a $4.200 alcanzados hace pocos días.
Esta tendencia bajista, lejos de ser un fenómeno aislado, responde a una serie de factores globales y locales que están redefiniendo el comportamiento de los mercados financieros. Aquí explicamos por qué el dólar ha perdido fuerza y qué efectos tiene esto en el bolsillo de los colombianos.
¿Por qué está bajando el dólar?
El desplome del dólar no es exclusivo de Colombia. A nivel mundial, el índice DXY, que mide el valor del dólar frente a una canasta de divisas fuertes, cayó hasta los 98 puntos. Este retroceso obedece principalmente a dos factores:
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Desescalada geopolítica: El reciente alto al fuego entre Israel e Irán, impulsado por un llamado del presidente Donald Trump a respetar una tregua, ha reducido el interés de los inversionistas por activos considerados refugio, como el dólar. La paz en esa región alivia tensiones y empuja a los capitales a buscar mejores rendimientos en otros mercados.
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Señales moderadas desde la Reserva Federal (Fed): La gobernadora Michelle Bowman anunció su disposición a reducir las tasas de interés en la próxima reunión de julio. Esto significa menores rendimientos para quienes invierten en dólares, lo que reduce su demanda y debilita su valor frente a otras monedas.
Factores internos en Colombia
A nivel local, también hay elementos que inciden en la cotización del dólar:
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Estabilidad relativa del mercado: A pesar de la incertidumbre generada por la llamada “Regla Fiscal” y los temores sobre un posible deterioro fiscal, el país ha mantenido cierta estabilidad monetaria que ha permitido sostener el flujo de inversión extranjera.
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Comportamiento del petróleo: El petróleo, una de las principales exportaciones colombianas, ha mantenido precios relativamente altos, lo cual incrementa el ingreso de divisas al país. Esto contribuye a una mayor oferta de dólares, lo que presiona su precio a la baja.
¿A quién favorece y a quién perjudica?
La caída del dólar tiene efectos mixtos sobre la economía colombiana y los ciudadanos. Estos son los principales impactos:
Ganan los consumidores e importadores
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Productos importados más baratos: Los bienes y servicios que llegan del exterior —como tecnología, ropa, medicamentos y vehículos— tienden a reducir sus precios cuando el dólar baja. Esto alivia el costo de vida de muchos hogares.
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Viajes al exterior más accesibles: Los colombianos que planean viajar fuera del país encuentran pasajes, estadías y compras más económicas al convertir pesos a una tasa más favorable.
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Empresas importadoras: Las compañías que dependen de insumos extranjeros reducen sus costos de producción, lo que mejora sus márgenes de ganancia o les permite ofrecer precios más competitivos.
Pierden exportadores y receptores de remesas
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Exportadores nacionales: Empresas que venden al exterior, como las del sector agrícola o minero, reciben menos pesos por cada dólar ingresado. Esto puede reducir sus ingresos y afectar el empleo en esas industrias.
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Familias que reciben remesas: Quienes dependen del dinero enviado desde el extranjero ven disminuir su poder adquisitivo. Un dólar más barato significa que por la misma cantidad enviada se reciben menos pesos.
¿Qué se puede esperar?
Aunque no hay una predicción definitiva, analistas coinciden en que la debilidad del dólar podría continuar si la Fed efectivamente baja sus tasas de interés y se mantiene la calma en el panorama geopolítico. Sin embargo, cualquier cambio en las condiciones económicas de Colombia —como un deterioro fiscal, protestas o decisiones del Banco de la República— podría revertir esta tendencia.
El dólar barato representa un alivio para muchos bolsillos colombianos, especialmente en un entorno de altos precios y lenta recuperación económica. No obstante, también plantea desafíos para sectores clave como las exportaciones y el ingreso de remesas. Entender estas dinámicas es crucial para tomar decisiones financieras informadas en un contexto global cada vez más interconectado.
