Quisiera que algunas cosas no cambiaran, como por ejemplo las largas charlas que sostenía con mi papá dedicadas a múltiples temas y particularmente a los que conciernen a la política. Me gustaría que fueran como hace apenas unas semanas pero lleva unos días muy malito postrado en una cama de la Fundación Cardio Infantil. Y hay otras cosas que sí quiero que cambien y están cambiando, algunas de esas que nos llenan de esperanza se las cuento a mi papá por pedacitos.
Con mi papá hemos compartido la inmensa zozobra de estos últimos siete años viendo como el país se hundía en el fango resultado de la traición. Sufrimos la constante amenaza de que los viejos temores de mi papá se convirtieran en realidad si se consumaba la entrega de Colombia al comunismo. Estas y otras inquietudes fueron temas en nuestras conversaciones diarias mientras seguíamos con cuidadosa atención los acontecimientos. Hicimos parte de los cientos de compatriotas que hemos resistido convertidos en el dique que tranca las putrefactas aguas que amenazan aún con sumergirnos en el lodo del terrorismo, el narcotráfico y la corrupción propios de un estado paria.
A mi papá le cuento que las cosas están cambiando, que Iván Duque resultó el líder que tanto esperaba. Así como pronosticó durante años la llegada de un Álvaro Uribe, esta vez acertó de nuevo, Duque ha resultado “un gallo de pelea cuyas espuelas son los argumentos”. Mi papá le ha tenido siempre mucha fe a las nuevas generaciones, y en este brillante político se conjugan las virtudes que tanto ha alabado en los jóvenes. En eso como en tantas otras cosas coincidimos, mis hijas como sus otros nietos y bisnietos son admirables, en ellos se fundan nuestras mejores esperanzas. La responsabilidad de muchos de la generación de mi papá y la mía ha sido luchar hasta el final para dejarles una país en el que puedan desarrollar todo su inmenso potencial.
Las cosas están cambiando y una muestra es que a uno de los negociadores de las FARC lo cogieron infraganti. Muchas veces le dije a mi padre que el talón de Aquiles de ellos y su maldito acuerdo con Santos es el narcotráfico y que su enemigo número uno es la DEA. Con esta captura queda demostrado que hay toda una operación contra ese poderoso cártel que tiene inundado al mundo de droga.
Y otras cosas han cambiado, le digo a mi papá, como por ejemplo que el cuento populista no pegó y el peligro de un fraude como los de las pasadas elecciones es mucho menor porque estamos más atentos y el mundo entero tiene sus ojos puestos acá. La era Obama terminó y con Trump no se van a salir con la suya.
A mi papá le cuento también que una nueva forma de hacer política se comienza a vislumbrar con la hermosa campaña de Iván Duque y Marta Lucia Ramírez. Ese dúo nos sorprende cada día con su manera tan abierta de acercarse a la gente. Le comento que con ellos no es difícil capturar nuevos votos. Saliendo de la Cardio Infantil el joven conductor del UBER que me recogió dijo que votaría en blanco y con unos pocos argumentos decidió darnos su voto.
A mi papá le cuento que ganaremos en primera vuelta sobrados, que no hay competidor que se le acerque a Iván Duque y vamos a darle la mayor votación de la historia. Le digo que Duque será quien conquiste la presidencia en primera vuelta como lo logró dos veces su amigo y mentor Álvaro Uribe.
De estas y otras cosas le hablo al oído a mi papá.
