La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE) clausuraron en Santa Marta su cuarta cumbre birregional con la firma de una declaración conjunta de 52 puntos que ratifica la apuesta por la diplomacia multilateral, la legalidad internacional y el desarrollo sostenible.
El documento, adoptado por 58 países —aunque Venezuela y Nicaragua no lo suscribieron—, aborda temas como el cambio climático, la migración, las guerras en Ucrania y Gaza, la seguridad regional y la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU.
Petro y el “éxito diplomático”
El presidente Gustavo Petro, anfitrión y titular pro témpore de la CELAC, calificó la jornada como un “éxito diplomático”, destacando la coincidencia de ambos bloques en defender el multilateralismo frente al unilateralismo.
“En medio de barbaries y genocidios que avanzan, podemos hablar de democracia y acuerdos comunes”, afirmó Petro, en alusión a las tensiones internacionales recientes y al cuestionamiento estadounidense de los foros multilaterales.
A su lado, António Costa, presidente del Consejo Europeo, subrayó que la declaración “demuestra la importancia del diálogo entre diferencias” y anunció que la UE ejecutará 31 000 millones de euros en proyectos de inversión regional.
Ejes de la declaración: paz, comercio y clima
El texto reafirma el compromiso con la Carta de las Naciones Unidas y la no intervención en asuntos internos, reiterando la oposición al uso de la fuerza como mecanismo de resolución de conflictos.
La cumbre respaldó el proceso de paz en Colombia y abordó la seguridad marítima en el Caribe, en un pasaje interpretado como una crítica indirecta a las operaciones militares estadounidenses en la región.
También se incluye un llamado a reformar el Consejo de Seguridad de la ONU para hacerlo más representativo y a fortalecer las instituciones financieras internacionales, además de una mención a levantar el embargo económico contra Cuba.
En materia económica, el documento aboga por reducir las tensiones comerciales globales y mantener un sistema multilateral basado en reglas, con la OMC como eje central.
La agenda climática ocupa un capítulo clave: los países acordaron “reducciones significativas, rápidas y sostenidas” de emisiones, promover una transición energética justa y fortalecer la interconexión regional de fuentes limpias.
Reformas, inclusión y seguridad
El apartado de seguridad ratifica la cooperación contra el crimen organizado, en particular el narcotráfico y la trata de personas, y propone reforzar la Asociación UE–ALC en Justicia y Seguridad.
Además, los bloques acordaron trabajar en la autosuficiencia sanitaria regional y en una asociación para la producción local de vacunas y medicamentos.
La declaración también destaca la cooperación en inteligencia artificial y gobernanza digital, el fortalecimiento de los sistemas de cuidado y cohesión social, y el intercambio académico y cultural entre ambas regiones.
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Una señal política desde Santa Marta
Aunque su tono es conciliador, la declaración envía un mensaje político explícito: reivindicar el multilateralismo en un momento en que Estados Unidos refuerza acciones unilaterales en el Caribe y Europa busca reafirmar su presencia en la región.
Para Petro, Costa y Lula da Silva, el acuerdo de Santa Marta es una señal de que el diálogo entre diferencias todavía puede producir resultados concretos.
La próxima cumbre CELAC-UE se realizará en 2027 en Bruselas, con Uruguay asumiendo la presidencia pro témpore de la CELAC y la tarea de convertir los 52 puntos de Santa Marta en acciones con seguimiento y evaluación birregional.
