
Aunque en campaña había prometido no hacerlo, el presidente Gustavo Petro volvió a poner sobre la mesa la posibilidad de convocar una Asamblea Nacional Constituyente. Desde un acto público en el Magdalena Medio el pasado 18 de septiembre, el mandatario defendió la idea como la única vía para que en Colombia se materialice el Estado social de derecho.
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La figura de la constituyente
En Colombia, una Asamblea Nacional Constituyente es un órgano extraordinario conformado por delegados elegidos por voto popular, con la misión exclusiva de reformar o reemplazar la Constitución Política. Este mecanismo actúa por encima de los demás poderes públicos mientras cumple sus funciones, y sus decisiones prevalecen sobre las leyes ordinarias.
Para que sea convocada, el proceso inicia con una ley aprobada por el Congreso, que debe especificar la convocatoria, el número de integrantes, el sistema de elección, los temas a tratar y la duración de las sesiones. Después, el texto pasa a revisión de la Corte Constitucional, y si es aprobado, se somete a un referendo ciudadano. La convocatoria solo será válida si al menos una tercera parte del censo electoral vota afirmativamente.
El discurso de Petro en Caldas y Magdalena Medio
En su intervención en La Dorada, Caldas, el presidente habló sobre la necesidad de fortalecer al campesinado y articular las fuerzas sociales del país. Fue allí donde planteó que en 2026 debe abrirse paso a una constituyente:
“Hacer una constitución que garantice —no una nueva, porque ya la tenemos— pero que modifique lo necesario para que ningún magistrado vuelva a hablar de un Estado de derecho que termina siendo un Estado mafioso”, señaló Petro.
En el Magdalena Medio insistió en que la Constitución de 1991 fue aprobada con “trampa” y bajo una supuesta “gobernanza paramilitar”, lo que en su visión facilitó la violencia que dejó “200.000 asesinados en Colombia”. Para Petro, la constituyente sería la oportunidad de corregir esas distorsiones y darle vigencia real al Estado social de derecho, más allá de las palabras escritas.

Un debate con trasfondo político
El jefe de Estado aseguró que la convocatoria responde al bloqueo de varias de sus reformas, entre ellas la reforma a la salud y la pensional, que no han avanzado en el Congreso. “Ya no es una consulta popular. Ahora vamos a la asamblea constituyente que haga realidad las reformas sociales”, afirmó.
El mandatario también hizo un llamado a la movilización popular, al movimiento campesino y a otros sectores sociales, para que sean protagonistas en la creación de una “asociación nacional campesina” y participen en la eventual constituyente.
Implicaciones institucionales
De materializarse la propuesta, la convocatoria se cruzaría con las elecciones de 2026, un hecho que podría tensionar aún más el panorama político. Críticos señalan que abrir este proceso en un contexto electoral podría desviar la atención y polarizar a la ciudadanía.
Por otro lado, defensores de la idea ven en la constituyente un escenario para destrabar reformas bloqueadas y avanzar hacia transformaciones estructurales.
El poder constituyente como bandera
Petro cerró su discurso asegurando que el poder constituyente será la “nueva fase de la lucha popular” y el sello de su gobierno del cambio. Según sus palabras, la constituyente permitirá que las promesas plasmadas en la Constitución no sean solo frases, sino una realidad cotidiana para los colombianos.