
El presidente Gustavo Petro aceptó este martes la renuncia de Julián Molina Gómez, quien hasta ahora se desempeñaba como ministro de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). El funcionario, que se había posesionado hace apenas seis meses, se convierte en la primera baja confirmada tras la derrota política que sufrió el Gobierno en el Senado con la elección de Carlos Camargo como magistrado de la Corte Constitucional.
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Una salida en medio de turbulencia política
Molina, cuota del partido de la U dentro del gabinete, deja su cargo justo después de la elección de Camargo, un resultado que el Gobierno y varios analistas no recibieron de buena manera. En la votación, el exdefensor del Pueblo (2020-2024) obtuvo 62 votos, mientras que María Balanta, la candidata apoyada por el oficialismo, recibió apenas 41 apoyos.
La decisión del presidente marca el primer movimiento dentro de su gabinete tras ese episodio. La Casa de Nariño también ha pedido las cartas de renuncia de Antonio Sanguino (ministro de Trabajo desde hace siete meses) y Diana Marcela Morales (ministra de Comercio, designada en mayo de este año), aunque Petro no ha tomado todavía una determinación frente a estos casos.
Un ministerio con falta de rumbo
La salida de Molina pone nuevamente sobre la mesa las dificultades del Ministerio TIC, una cartera que en este Gobierno ya ha tenido tres ministros diferentes. Varios expertos y voces del sector advierten que la ausencia de liderazgo ha derivado en una inercia peligrosa.
“Es un ministerio desfinanciado. Los operadores están en déficit y las decisiones claves siguen sin resolverse. No hay Norte, ni acciones claras”, aseguró un funcionario que pidió no ser identificado. Entre las tareas más urgentes está el proceso de empalme del dominio .CO, que cambió recientemente de administración, y el acompañamiento a la fusión entre Movistar y Tigo, que podría generar una dominancia compartida con efectos en las tarifas de los usuarios y en la competencia de empresas más pequeñas como WOM.
La reacción del presidente

El propio Petro manifestó su inconformidad tras la elección en la Corte Constitucional, calificando como un retroceso que María Balanta no hubiese sido elegida. “Excluyeron a la mujer y a la negra, bajo el infundio de que era mía y me tomaría la Corte Constitucional”, señaló.
La renuncia de Julián Molina, más allá de ser un cambio en la cúpula ministerial, refleja el impacto directo que los reveses políticos están teniendo en el gabinete presidencial. Ahora, el reto para el Gobierno será designar un nuevo ministro que logre encaminar al sector TIC y recuperar la confianza en un momento crítico.