
Desde el 18 de septiembre de 2023, el nombre de Wilmary Carolina Guerra Montilla comenzó a resonar entre la preocupación y la incertidumbre. La joven de 32 años, oriunda de Malambo, Atlántico, había desaparecido sin dejar rastro, mientras su padre, Wilmer Guerra, emprendía una búsqueda incansable frente al silencio institucional.
Durante casi un año, Guerra denunció públicamente la falta de acción de las autoridades. Su voz se alzó en medios locales, insistiendo en que la desaparición de su hija no era un caso aislado, sino un presunto feminicidio. Señaló como principal sospechoso a Franklin Trillos, expareja sentimental de Wilmary, quien habría llevado a la joven a una finca entre Manatí y Sabanalarga, en el departamento del Atlántico.
“El Estado me dejó solo”, afirmó el padre a la Emisora Atlántico, quien se convirtió en investigador por cuenta propia ante lo que calificó como “negligencia” de las autoridades. A pesar de presentar audios y grabaciones que demostraban amenazas por parte de Trillos, sus advertencias no fueron escuchadas. “Ni así movieron un dedo”, lamentó.
Lea también: ELN habría atentado contra infraestructura vial en Pelaya, Cesar
Solo hasta que el fiscal Diego Araújo y el investigador Alfredo Urina tomaron el caso, se empezaron a ver avances concretos. “Pasaron más de diez meses sin resultados. Ellos llegaron y en cuatro meses hicieron lo que cuatro fiscales anteriores no quisieron hacer”, relató Guerra. El nuevo equipo realizó un minucioso análisis de más de 90.000 registros telefónicos, logrando rastrear datos clave que condujeron a la localización del cuerpo de Wilmary.
El hallazgo ocurrió el pasado 22 de mayo en una finca de Manatí, donde su cuerpo fue exhumado por el CTI de la Fiscalía. Los estudios forenses confirmaron que se trataba de la joven desaparecida. El detalle que resultó determinante fue que su celular jamás mostró actividad fuera de Malambo, ni siquiera cuando se grabó un video el 19 de septiembre, un día después de su desaparición.
Hoy, mientras el caso sigue en manos del fiscal Araújo, la familia de Wilmary espera justicia y la captura del presunto responsable.