
Arabia Saudita, Irak, Irán, Kuwait, Venezuela, Emiratos Árabes Unidos y Nigeria, miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), junto con sus aliados de la OPEP+, entre ellos Rusia, Kazajistán, México, Malasia, Sudán y Azerbaiyán, se reunieron de manera virtual el pasado 3 de agosto para analizar el comportamiento del mercado petrolero global y revisar las cuotas de producción.
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En este contexto, se analizó la estabilidad económica global y los bajos niveles de inventarios de crudo. La OPEP+ decidió cambiar su política de contención y avanzar hacia una estrategia de recuperación de participación en el mercado, lo que representa un giro frente a la línea de recortes que había sostenido desde la pandemia. El bloque anunció un aumento conjunto de 547.000 barriles diarios a partir de septiembre de 2025, desmontando así uno de los recortes voluntarios más significativos (2,2 millones de barriles diarios) acordado previamente por los ocho países clave del grupo.
Aunque el mercado ya había anticipado esta medida, analistas advierten que un aumento sostenido podría generar un excedente hacia finales de 2025. Por ello, la OPEP+ mantendrá una política de monitoreo mensual, con la posibilidad de pausar o revertir los ajustes si la evolución de los precios o la demanda así lo requieren.
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Este anuncio generó un fuerte impacto en el mercado internacional, donde se reportó una baja inmediata en los precios del crudo: el Brent cayó a 69,49 dólares por barril y el WTI a 67,21 dólares, con descensos cercanos al 0,3 %. Esta caída refleja las expectativas de una posible sobreoferta hacia finales de 2025, lo que podría beneficiar a los países importadores al reducir los costos energéticos y aliviar la presión inflacionaria. A su vez, esto abre la puerta para que bancos centrales como la Reserva Federal o el Banco Central Europeo reconsideren sus políticas de tasas de interés.
En el plano geopolítico, la OPEP+ reafirma su papel estratégico. La alianza entre potencias como Arabia Saudita y Rusia demuestra cohesión frente a tensiones internacionales y envía un mensaje claro a competidores como EE.UU., Brasil o Guyana, dejando claro que el control sobre la oferta sigue en sus manos.