
El expresidente Álvaro Uribe fue absuelto en segunda instancia de los delitos de soborno y fraude procesal por el Tribunal Superior de Bogotá, que tumbó la condena de 12 años de prisión domiciliaria impuesta en primera instancia. El cambio es sustancial: limpia, por ahora, el principal obstáculo jurídico y reactiva su viabilidad electoral, aunque aún cabe recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia. El desenlace judicial no está completamente cerrado, pero sí produce efectos políticos inmediatos.
Reacomodo inmediato del panorama político
Aunque la decisión del Alto Tribunal no debe leerse como una determinación política, sí tiene fuertes implicaciones en el tablero electoral. La absolución saca al uribismo de la defensiva y le devuelve la iniciativa. En campaña, reactiva sus bases y vuelve posible que Uribe encabece o “jalone” una lista al Senado. Esa posibilidad, que ya estaba latente, hoy parece más concreta.
Con el fallo, el Centro Democrático afina su mensaje en dos líneas: reivindicar a su líder y cuestionar el rumbo del Gobierno. El rumor sobre una eventual candidatura de Uribe al Senado gana fuerza porque cambió el incentivo: de esperar decisiones judiciales a aprovechar la coyuntura. Y aunque el Consejo Nacional Electoral (CNE) abrió recientemente una indagación sobre una posible inscripción, la decisión del Tribunal favorece políticamente al partido, pues sin condena firme ese expediente pierde sustento.
El Pacto Histórico, en modo defensa
La semana le cambió la conversación al Pacto Histórico, justo en la antesala de su consulta del próximo domingo 26 de octubre. En lugar de exhibir su lista y su agenda, la coalición debe responder a un hito judicial que no controla. Además, carece hoy de una figura con el peso simbólico de Uribe para disputar el centro de la escena en la competencia legislativa, mientras define internamente su propia lista.
Los aceleradores: Trump y la entrevista de Petro con Coronell
Dos hechos de la misma semana refuerzan el modo defensa del Gobierno y reducen su margen ante los sectores moderados:
- Cruce Petro–Trump en X: cohesiona a la base, pero tiene costos en legitimidad y en cooperación bilateral con Estados Unidos en materia económica y de seguridad.
- Entrevista con Daniel Coronell y llamado a una Constituyente (24 de octubre): moviliza a los convencidos, pero satura la agenda de conflicto y difumina el mensaje de gestión en una semana clave.
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Lo que viene hasta el 26 de octubre
La partida definirá qué relato se impone: si domina el de la absolución, la oposición capitaliza; si el Gobierno logra centrar la conversación en la constituyente y el modelo de país, podrá amortiguar el golpe.
En paralelo, el Centro Democrático deberá definir si formaliza la candidatura de Uribe y, sobre todo, cuántos votos alcanza el electorado en la consulta del Pacto Histórico.