
Miguel Uribe Londoño, padre del senador asesinado Miguel Uribe Turbay, oficializó su precandidatura presidencial, en un emotivo discurso cargado de mensajes políticos y personales, en el que recordó la muerte de su hijo y aseguró que esa tragedia marcó su decisión de lanzarse a la contienda.
“Colombianos, hoy les hablo desde la herida más profunda que puede sufrir un ser humano: la de un padre que despidió a su hijo asesinado por sus ideas”, expresó al inicio de su intervención.
El dirigente afirmó que de ese dolor nació una fuerza indestructible y un juramento: “Colombia jamás volverá a arrodillarse frente a la injusticia, ni frente a la violencia”.
Uribe Londoño insistió en que su proyecto político busca convertirse en un movimiento que trascienda el dolor: “No nace de la ambición, sino del sacrificio. No se inspira en la rabia, sino en la dignidad. Transforma la sangre de los mártires en semillas de libertad”.
Al explicar las razones de su aspiración, señaló: “Hoy anuncio mi candidatura presidencial porque creo en un destino distinto. Un destino donde las madres vean a sus hijos crecer libres, donde los jóvenes no tengan que huir y donde los padres no tengamos que enterrar a nuestros hijos”.
El senador también hizo una fuerte crítica al actual Gobierno: “Colombia se nos desmorona en pedazos y la estamos perdiendo de la misma forma como se desliza la arena entre los dedos”, dijo al advertir que el país está dividido “por diseño para ser sometido y gobernado para el placer de unos pocos”.
Asimismo, se comprometió a poner toda su experiencia en la defensa de la seguridad: “Pongo a disposición de los colombianos mi servicio regido por la lealtad, el patriotismo y la integridad. Colombia merece una nación segura, democrática, libre, próspera y justa”.
Con tono desafiante, aseguró que no se dejará intimidar: “Quiero que sepan que no me intimidan, que no me voy a quebrar. Sus amenazas me hacen más fuerte y ratifican mis convicciones, porque ustedes no podrán ganar. Serán derrotados y la seguridad, la paz y la justicia prevalecerán en Colombia”.
Finalmente, selló su discurso con un juramento solemne: “Juro que lo daré todo por Colombia. No daré descanso a mi mano, a mi corazón y a mi alma hasta que en nuestra tierra no exista un mártir más”.