Las rutinas de belleza han dejado de ser simples procedimientos estéticos para convertirse en espacios de pausa, reflexión y conexión personal. Dentro de esta transformación, el handcare —el cuidado específico de las manos y las cutículas— ha tomado fuerza, reflejando una búsqueda creciente por hábitos de bienestar más conscientes y coherentes con los valores de quienes los practican.
Lejos de ser un detalle menor, el cuidado de las cutículas se ha convertido en una extensión natural del autocuidado diario. De acuerdo con estudios de Masglo Clinical, 8 de cada 10 mujeres consideran que unas manos saludables son un reflejo de bienestar emocional y amor propio, no solo de buena apariencia. Este interés creciente se alinea con una tendencia regional: un estudio latinoamericano reciente señala que el 76 % de las consumidoras prioriza productos efectivos y respetuosos con su salud y el medio ambiente, y que el 68 % ha incorporado rituales nocturnos como parte de su rutina de bienestar.
En este contexto surge una nueva propuesta de cuidado nocturno para cutículas desarrollada por Masglo Clinical. Más allá del lanzamiento de un producto, la iniciativa apunta a fortalecer una práctica que muchas personas ya integran en su vida diaria: destinar un momento antes de dormir para reparar lo que el día desgasta.
Un ritual que sucede mientras duermes
El producto introduce una fórmula ligera y de rápida absorción que busca aportar hidratación profunda sin dejar sensación grasa. Su componente tecnológico, conocido como Starphere, libera gradualmente ingredientes como vitamina E, ácido hialurónico y ácido poliglutámico durante la noche. La idea detrás de esta innovación es sencilla: aprovechar el descanso para favorecer la restauración natural de la piel y mejorar su elasticidad.
Según explica Lina Valderrama, experta en uñas y vocera de Masglo Clinical, “los activos inteligentes reconocen las necesidades de la piel y actúan de forma prolongada para devolverle su vitalidad natural”. La propuesta se complementa con un aroma suave que busca generar una sensación de calma, coherente con la intención de convertir el momento en un ritual de bienestar, más que en un paso cosmético.
Una tendencia que habla de propósito
El creciente interés por productos con impacto responsable también está marcando la conversación. Las formulaciones veganas, libres de parabenos o ingredientes asociados a prácticas dañinas, se han vuelto parte del criterio de compra para muchos consumidores que quieren alinear sus rutinas con sus valores.
Por eso, más allá de la novedad del serum, lo que destaca es el mensaje que lo acompaña: el autocuidado nocturno puede ser un pequeño acto de pausa, un recordatorio de que el bienestar también se construye desde los detalles. Aplicarlo es sencillo —una gota, un masaje breve y constante— pero forma parte de una tendencia mayor: dedicar tiempo a restaurar el cuerpo y, con ello, la mente.
