
El cáncer de próstata continúa siendo uno de los mayores desafíos en salud masculina a nivel mundial. A pesar de su alta prevalencia, muchos hombres desconocen sus riesgos, síntomas y métodos de detección. En diálogo con Kienyke.com, el doctor Luis Gabriel Piñeros, Vicerrector Académico de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, explicó los aspectos fundamentales para entender esta enfermedad y la importancia de un diagnóstico oportuno.
¿Qué es el cáncer de próstata?
Se trata del crecimiento celular alterado (maligno) y descontrolado de la glándula prostática. Según el experto, los principales factores de riesgo son la edad (especialmente en hombres mayores de 50 años), la raza afrodescendiente, los antecedentes familiares, las infecciones o inflamaciones crónicas y la obesidad, que también incide en otros tipos de cáncer.
Lea también: ¿Le cuesta decir 'no'? Esto podría estar afectando su salud
Una enfermedad sin síntomas iniciales
Uno de los grandes peligros del cáncer de próstata es que suele avanzar en silencio. “Cuando el crecimiento prostático ocurre sin obstruir la uretra, no se presentan síntomas en las etapas iniciales, lo que dificulta su detección temprana”, señaló el Dr. Piñeros.
Con el tiempo, pueden aparecer molestias urinarias como el aumento en la frecuencia para orinar, sensación de vaciamiento incompleto, adelgazamiento del chorro urinario e incluso obstrucción del flujo. En fases más avanzadas, se presentan síntomas como dolor pélvico, disfunción eréctil, dolor al eyacular o al orinar, sangre en la orina o el semen, y signos generales como fatiga o pérdida inexplicable de peso.
Además: Síndrome de Tourette, derribando mitos sobre un trastorno caricaturizado
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico temprano es clave para aumentar las posibilidades de tratamiento efectivo. El doctor Piñeros explicó que el Antígeno Prostático Específico (PSA) es un marcador muy sensible que permite detectar alteraciones, aunque no siempre es indicativo de cáncer. Para confirmar el diagnóstico se utilizan métodos como la biopsia prostática, la ecografía y el tacto rectal, que continúa siendo una herramienta valiosa dentro de las guías clínicas para evaluar tamaño, forma y consistencia de la glándula.
El tratamiento varía según el paciente y su condición específica. Sin embargo, de forma general, puede establecerse lo siguiente:
-
El estadio I suele requerir prostatectomía y radioterapia.
-
El estadio II incluye prostatectomía, radioterapia y terapia hormonal.
-
El estadio III requiere radioterapia, quimioterapia y terapia hormonal.
-
El estadio IV, por su parte, precisa radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia y terapia biológica.
En cuanto a la prevención, "lo fundamental es hacerse antígeno prostatico y tacto rectal, así como estar pendiente de los síntomas anteriormente considerados", concluyó el experto.