El brutal asesinato de David Nocua, un joven de tan solo 14 años, ha conmocionado a la comunidad de Usme, en el sur de Bogotá. A casi un mes del crimen, nuevos detalles estremecen al país, luego de que Lizeth Monroy, madre del menor, revelara en entrevista con Citytv el presunto motivo detrás del crimen: una traición orquestada por la exnovia de David, quien, junto con otro menor, habría planeado la trampa mortal que acabó con su vida.
Según confirmó la Fiscalía General de la Nación, los hechos ocurrieron el pasado 8 de mayo, cuando David fue visto por última vez en compañía de dos adolescentes —una joven de 15 años, que fue su exnovia, y otro joven de 14— en una zona boscosa cercana al río Tunjuelo. Su familia lo reportó como desaparecido ese mismo día, y tras dos angustiosos días de búsqueda, su cuerpo fue hallado a las orillas del río Tunjuelito el 10 de mayo. Había sido apuñalado múltiples veces.
El móvil del crimen, según la madre de David
Lizeth Monroy compartió que la adolescente implicada habría confesado su participación y revelado el motivo del crimen: celos, venganza y una relación conflictiva entre ambos jóvenes. “Ella confesó que todo fue por rabia, porque él no quiso volver con ella. Lo atrajo a ese lugar con mentiras, lo engañó”, aseguró Monroy en su testimonio. “Es inconcebible que alguien a quien mi hijo quiso tanto fuera capaz de hacerle eso”.
Las cámaras de seguridad del sector captaron a los tres menores caminando juntos poco antes del asesinato, imágenes que fueron claves para las autoridades al reconstruir la cronología de los hechos.
Medida preventiva, pero ¿condena insuficiente?
Tras la recopilación de pruebas, la Fiscalía imputó a los adolescentes por el delito de homicidio agravado, cargo que ambos aceptaron. Actualmente, se encuentran bajo medida de internamiento preventivo en un centro especializado. No obstante, la madre de David ha lanzado una dura crítica al sistema judicial colombiano al conocer que la condena máxima que podrían recibir no superaría los ocho años.
“Pueden ser ocho años. Esto para mí, como víctima, es una burla y una ofensa. Me están diciendo que la vida de mi hijo vale eso”, denunció Monroy. “Ellos pueden salir como si nada, a seguir su vida, mientras mi hijo ya no puede cumplir sus sueños, ni seguir estudiando. ¿Qué tipo de justicia es esa?”.
El límite legal para menores infractores
El Código de Infancia y Adolescencia en Colombia establece que los menores de edad, incluso si cometen delitos tan graves como el homicidio doloso, no pueden ser privados de la libertad por más de ocho años. Además, una vez cumplen los 21 años, deben ser liberados si han demostrado “buena conducta, resocialización y trabajo a favor de la comunidad”.
El abogado penalista Saúl León señaló que este marco legal busca la resocialización de los menores infractores, pero en casos como el de David Nocua genera fuertes cuestionamientos desde la ciudadanía. “Legalmente, no pueden estar presos más allá de los 21 años, aunque el crimen haya sido premeditado y cruel”, explicó.
Un llamado por justicia
El caso ha generado una ola de indignación en redes sociales, donde miles de personas se han solidarizado con la familia de David y han pedido reformas a la ley para castigar con mayor severidad a menores que cometen delitos graves. Mientras tanto, Lizeth Monroy continúa luchando para que la muerte de su hijo no quede impune ni minimizada por un sistema que, según ella, “protege más a los culpables que a las víctimas”.
“David era un niño bueno, lleno de sueños, quería ser alguien en la vida. Le arrebataron todo y ahora nos dicen que esos asesinos estarán fuera en pocos años. Eso no es justicia, eso es abandono”, concluyó.
Este trágico caso ha puesto nuevamente en el centro del debate la efectividad del sistema penal juvenil en Colombia y si realmente está cumpliendo su objetivo de proteger a la sociedad sin dejar de lado la resocialización de los menores infractores. Mientras tanto, la familia de David clama por una reforma legal que garantice sanciones proporcionales al daño causado.
