
El caso de Licet Dayani Saldaña Bastidas ha conmocionado a Colombia y Perú tras el hallazgo de su cuerpo sin vida, ocho años después de su desaparición. La joven, de tan solo 21 años, fue encontrada en una de las principales carreteras de Perú, dejando a su familia en un profundo dolor y desesperación.
Desaparición y hallazgo
Licet, originaria del municipio de Algeciras, Huila, desapareció cuando era aún una niña. Su madre, Clemencia Bastidas, no había tenido noticias de ella desde aquel momento. El pasado 10 de mayo, a las 4:00 a.m., el cuerpo de Licet fue descubierto sobre la vía Panamericana Norte, en el cruce entre Los Cipreses y Los Pinos, en la provincia de Barranca, Perú. Este terrible descubrimiento se realizó en un contexto donde la violencia y la inseguridad son problemas persistentes en la región.
Condiciones del hallazgo
Los informes sobre el estado del cuerpo de Licet han desatado la indignación y el dolor en la comunidad. Medios locales han indicado que presentaba signos de violencia y tortura, lo que aumenta la gravedad de la situación. La joven estaba desnuda y tenía la cabeza rapada. Fue identificada a través de un tatuaje en su espalda que llevaba su nombre, lo que corroboró la triste noticia para su familia.
Clemencia Bastidas, en entrevista con El Tiempo, ha manifestado su angustia y confusión sobre cómo su hija terminó en Perú y las condiciones en las que vivió durante esos años. “Desde que desapareció, no he podido volver a comunicarme con ella”, expresó la madre, que ha enfrentado la devastadora incertidumbre de no saber el paradero de su hija por tanto tiempo.
Hipotesis
Algunos reportes han sugerido que Licet podría haber padecido alteraciones mentales, un dato que su madre no puede confirmar debido a la falta de contacto reciente. Esta situación ha puesto de relieve la complejidad del caso y la necesidad de esclarecer los hechos que llevaron a la joven a estar en el país vecino.
La tragedia de Licet no es un caso aislado. En la región, el fenómeno de las desapariciones y la violencia contra la mujer ha sido una constante preocupación, lo que subraya la urgencia de abordar estos problemas desde una perspectiva de derechos humanos y seguridad ciudadana.
La situación se complica aún más para la familia de Licet, ya que su madre ha declarado no contar con los recursos necesarios para llevar a cabo el proceso de repatriación del cuerpo de su hija.
En un acto desgarrador, Clemencia Bastidas ha apelado a la solidaridad de la ciudadanía, compartiendo su número de Nequi (3143497053) para quienes deseen colaborar con cualquier suma de dinero.
“Yo le pido a Dios y a las autoridades que me ayuden. Es una tragedia inesperada y no tengo cómo traerla de vuelta”, declaró la afligida madre. La Personería de Algeciras (Huila) ha tomado el caso y está buscando apoyo del Gobierno para avanzar con el traslado del cuerpo, mientras las autoridades en Perú continúan con las investigaciones para esclarecer las circunstancias de la muerte de Licet.
El caso de Licet Dayani Saldaña Bastidas nos recuerda la fragilidad de la vida y la necesidad imperiosa de que las autoridades actúen con diligencia en casos de desapariciones. La violencia de género y la inseguridad son problemas que deben ser atendidos urgentemente para evitar que más familias sufran la pérdida de seres queridos en circunstancias tan trágicas.
La historia de Licet es un llamado a la acción, a la empatía y al compromiso de la sociedad en su conjunto para erradicar la violencia y proteger a las personas más vulnerables. En un momento en que la comunidad está de luto, es fundamental que se dé voz a la justicia y se brinde el apoyo necesario a las familias que atraviesan situaciones tan difíciles.