La clasificación de Haití al Mundial no es solo un hito deportivo; es la recompensa de una lealtad. Tras 52 años de espera, el equipo caribeño no solo vuelve a la cita más importante del fútbol, sino que lo hará con el mismo aliado que lo acompañó en uno de sus momentos más complejos: la marca colombiana SAETA, la cual será la encargada de vestir este regreso, consolidando una relación que nació de un gesto de apoyo genuino en un momento neurálgico de la isla y que hoy se fortalece en el triunfo.
En 2010, tras el devastador terremoto, SAETA tendió una mano a la selección haitiana. No fue un contrato, fue un apoyo. Años más tarde, esa solidaridad se transformó en una relación comercial formal, basada en la confianza y la calidad. Hoy, la Federación Haitiana de Fútbol ratifica esa confianza en el momento más dulce: SAETA será el proveedor oficial en su regreso al Mundial.
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Esta decisión es un poderoso mensaje. No se trata de un país que recibe ayuda, sino de una nación que reconoce y premia la lealtad. Es la historia de un vínculo que se forjó cuando se necesitaba y que se renueva ahora que se celebra. Es el cierre de un círculo virtuoso donde la resiliencia encuentra su recompensa y la colaboración, su mejor fruto.
Cuando Haití pise el césped del Mundial, su camiseta será más que un uniforme. Será un símbolo de coherencia, un recordatorio de que en el fútbol —como en la vida— los lazos verdaderos se construyen en los momentos decisivos y se celebran en los días de gloria. Una victoria para Haití, un honor para.
