Ricardo Felipe Herrera

Abogado, especialista en régimen del Distrito Capital de Bogotá y magister en derecho con énfasis en derecho administrativo. Docente universitario con una experiencia profesional de cerca de 35 años con área de práctica como profesional independiente en régimen de los servicios públicos, derecho ambiental, régimen de contratación, arbitraje y amigable composición.

Ricardo Felipe Herrera

Cepeda avanza; De La Espriella y Uribe Londoño, la fórmula

La izquierda petrista más extrema ya tiene, en principio, a Iván Cepeda Castro como candidato presidencial. En la encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC), el 20,5% de los encuestados dijo que votaría por él.

Las dificultades y disputas frente a las aspiraciones de María José Pizarro y Carolina Corcho parecen superadas. Ellas no tienen peso real y terminan haciendo lo que desde la Casa de Nariño se les instruya. Lo mismo ocurre con el Comité Político del Pacto Histórico, que carece de verdadera capacidad de decisión: allí se hace lo que diga Gustavo Petro.

Daniel Quintero quedó a la deriva a pesar del apoyo de Petro para imponerlo en la consulta de la izquierda. Su intento por firmas fracasó por sus propias torpezas. Salvo que algún partido menor lo avale, está prácticamente fuera de la contienda presidencial. Terminó al nivel —y al mismo tono vergonzante— de Alfredo Saade.

En el denominado centro —izquierda, centro y derecha moderada— figuran Sergio Fajardo, Claudia López, Juan Manuel Galán, David Luna, Mauricio Cárdenas, Mauricio Lizcano, Aníbal Gaviria, Roy Barreras y, el más reciente, Juan Fernando Cristo. A todos les fue mal en la encuesta del CNC. Luna (0,2%), Galán (1,8%), Cárdenas (0,4%) y Gaviria (0,3%), opositores a Petro, están obligados a buscar alianzas estratégicas: los números no les dan. Eso sí, no los veo cerca de Cepeda Castro.

Por su parte, Barreras (0,7%), Lizcano (no marca) y Cristo (no fue considerado) están pagando una alta factura por haber sido gestores del triunfo y del gobierno de Petro. Sus únicas alianzas posibles son con Cepeda Castro, aunque la extrema izquierda los mire con desdén. La derecha no los puede ver, y hoy es difícil imaginar a Roy ganándole una consulta a Cepeda: en su momento podía parecer posible, pero está muy lejos en favorabilidad.

Sergio Fajardo (5,9%) y Claudia López (3,5%) obtuvieron los mejores —pero no buenos— números de este segmento, lo que también los obliga a buscar alianzas. Claudia, aunque hoy diga ser opositora, probablemente terminará donde Petro diga: con Iván Cepeda. A Fajardo no lo veo allí, y aunque ha oído voces desde la derecha, es probable que, con esos números, termine nuevamente “viendo ballenas”.

En la centroderecha y derecha la pugna no es menor, y las alianzas también serán obligadas. Enrique Peñalosa —quien, creo, ha sido el mejor alcalde de Bogotá y sería un gran presidente— enfrenta otra vez números esquivos (0,9%). Vicky Dávila (5,7%) fue desplazada por Abelardo De La Espriella (18,7%), y María Fernanda Cabal (1,5%) por Miguel Uribe Londoño (10,3%).

De La Espriella y Uribe Londoño son fenómenos políticos que han interpretado mejor a los votantes de esta tendencia y por eso lograron una amplia delantera. A Peñalosa, a Vicky —una mujer capaz y aguerrida— y a María Fernanda Cabal —valiosa y valerosa— no les ha funcionado sumarse, así sea tangencialmente, al TOCONABE. Eso explica que sus números puedan caer aún más. A Juan Daniel Oviedo (1,4%) también le llegó la hora de pensar más a quién sumarse que en su fallida aspiración.

Juan Carlos Pinzón, quien llegó tarde con el beneplácito del expresidente Uribe a través del partido de Ingrid Betancourt —el mismo que llevó al Senado a Humberto De la Calle— tampoco logró buenos números: apenas 1,5% en la CNC. Su estrategia de liderar el TOCONABE no le ha dado resultado.

Hoy Cepeda Castro tiene seis meses para recorrer el país, hacerse conocer más y atraer tanto al 13% que dice que no votará por ninguno como al 4,2% de indecisos. Por eso la propuesta de Abelardo de definir desde ya un mecanismo de consenso para seleccionar un solo candidato que enfrente al proyecto de Petro es pertinente, oportuna y urgente.

Aplazar esa decisión para realizar una consulta en marzo sería políticamente incorrecto y estratégicamente muy torpe. Negarse a reconocer los fenómenos que representan hoy De La Espriella y Uribe Londoño es una ceguera voluntaria y un egocentrismo perverso. Es imposible pretender liderar una candidatura cuando el favor del electorado, en el mejor de los casos, no supera el 5,7%.

Por eso muchos no parecen tener opción distinta a buscar alianzas con Cepeda Castro o con quienes lideran la oposición: Abelardo De La Espriella y Miguel Uribe Londoño. Esa puede ser una buena fórmula presidencial y vicepresidencial.

Antes de cerrar, es oportuno recordar la advertencia de Álvaro Gómez Hurtado sobre las encuestas: “Las encuestas son como las morcillas: sabrosas, hasta cuando uno sabe cómo las hacen”. Pero es lo que hay!

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