Este lunes 20 de octubre se confirmó la muerte del doctor Remberto Burgos de la Espriella, reconocido como el padre de la neurocirugía en Colombia. El médico cordobés falleció en su casa a los 73 años, tras sufrir un aneurisma estomacal que se le había diagnosticado hace tres años y que se reventó durante la madrugada, según informó el abogado Abelardo de la Espriella.
Burgos, originario de Montería, fue un profesional destacado en el tratamiento de aneurismas cerebrales, con más de diez años de experiencia en instituciones de prestigio. Ejerció como docente de la Pontificia Universidad Javeriana y neurocirujano en el Hospital San Ignacio y la Fundación Santafé de Bogotá.
En 2009, ingresó a la Academia Nacional de Medicina de Colombia, donde presentó diversos trabajos sobre neurocirugía, entre ellos “Aneurisma de la arteria cerebral media y realismo mágico”.
La noticia de su fallecimiento generó múltiples reacciones en el país. El gobernador de Córdoba, Erasmo Zuleta, lamentó “la pérdida de un gran profesional y un hombre de gran sensibilidad humana”. Por su parte, Abelardo de la Espriella expresó su dolor en redes sociales: “Triste e inesperada partida de un ser humano excepcional y de un profesional extraordinario”.
El expresidente Álvaro Uribe Vélez también envió un mensaje de condolencia, calificando a Burgos como “un científico y patriota insuperable”. A su vez, el rector de la Universidad de Córdoba, Jairo Miguel Torres Oviedo, lo recordó como “un ejemplo de ética, ciencia y servicio”, y aseguró que su legado médico y humano perdurará en las futuras generaciones.
En vida, el doctor Burgos fue ampliamente valorado por sus pacientes, quienes lo describían como un profesional empático, detallista y comprometido. En plataformas médicas como Doctoralia, decenas de usuarios destacaron su calidad humana y los resultados exitosos de sus tratamientos.
La medicina colombiana despide hoy a uno de sus más grandes referentes, cuyo aporte científico y vocación de servicio dejaron una huella profunda en el país.
