Toma del Palacio de Justicia: el magistrado que se arrastró a la vida

Jue, 06/11/2025 - 10:09
Crónica del magistrado Humberto Murcia Ballén, quien sobrevivió al holocausto del Palacio de Justicia tras arrastrarse entre balas, humo y sangre.
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Edición KienyKe.com

Cuarenta años después del holocausto del Palacio de Justicia, los pasillos de la memoria nacional siguen impregnados de humo, pólvora y nombres que no se borran. Entre ellos, el de Humberto Murcia Ballén, uno de los pocos magistrados que logró salir con vida de aquella tragedia del 6 y 7 de noviembre de 1985, cuando el M-19 tomó por asalto la sede de la Corte Suprema de Justicia. El episodio cobró la vida de 11 magistrados, decenas de civiles y dejó un número aún incierto de desaparecidos.

Aunque la acción fue responsabilidad del M-19, los testimonios y heridas de los sobrevivientes han dejado al descubierto una verdad incompleta. Tres décadas después, las investigaciones siguen abiertas, incapaces de ofrecer cierre a los cientos de familias que aún esperan respuestas.

Un día que debía ser de despedida

Aquel miércoles, 6 de noviembre de 1985, debía ser el último día de trabajo de Humberto Murcia Ballén en la Corte Suprema. Había presentado renuncia a la Sala de Casación Civil, luego de ser aprobada su pensión. Esperaba a Héctor Marín Naranjo, a quien felizmente le entregaría el cargo.

A las 11:30 de la mañana, cuando los magistrados ya comenzaban la jornada, el estruendo quebró las formalidades de la toga. El M-19 irrumpió y, con él, la violencia más cruda.

Toma del Palacio de Justicia el 6 de noviembre de 1985
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RTVC

Murcia, que desde años atrás caminaba apoyado en una prótesis que llevaba en la pierna derecha, se encontraba en medio de sus labores cuándo las primeras ráfagas de fusilería atravesaron los cristales. La escena se volvió un infierno de humo, esquirlas y lamentos. “Una bala le destruyó la prótesis de su pierna derecha”, relataría después.

Rosalba Marín, auxiliar del también magistrado Horacio Montoya Gil, le contó a la Comisión de la Verdad que Murcia Ballén y su auxiliar se refugiaron en la oficina de Montoya y, al estar los cuatro allí, intentaban entender qué estaba pasando: “Yo en medio de mis nervios me asomaba cada rato a la puerta y vi que el cuarto piso estaba incendiado y pasaban las llamas al tercero, le dije al doctor Horacio que se estaba incendiando el tercer piso y que nos saliéramos”.

Con una sola pierna útil se arrastró sobre el mármol frío, desplazándose como pudo entre charcos, documentos y sangre ajena. Recorrió un largo trayecto mientras sobre su cabeza pasaban los más intensos pensamientos de miedo y terror. De forma valerosa pasó piso tras piso como quien huye desesperado de la muerte.

 

Su hija, Mónica Murcia Páez, también abogada, relató el hecho así, para otro medio nacional: “Mi papá estaba acostado y en ese momento él dice que llegó un guerrillero a rematar a todos los que estaban ahí. Se hizo el muerto y el guerrillero le pegó con la culata del fusil y lo mandó a rodar por las escaleras”. El magistrado se arrastró hasta que encontró una salida.

Finalmente alcanzó el primer nivel. Su ropa estaba desgarrada, cubierta de manchas rojizas de sangre. Solo así pudo cruzar la puerta y minutos después, socorristas de la Cruz Roja lo recogieron al ver el grave estado en el que se encontraba. No notó hasta entonces que también tenía esquirlas de granada incrustadas en el rostro.

 

Toma del Palacio de Justicia el 6 de noviembre de 1985
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archivobogota.secretariageneral.gov.co

Un día después de la toma y la retoma del Palacio, dijo: “Perdónenme que se lo diga al país, pero esta fue una toma del Palacio de Justicia anunciada y consentida por el Gobierno”, dada la advertencia de un atentado que se había recibido meses antes.

La vida después del fuego

Aquel sobreviviente no era cualquiera. Humberto Murcia Ballén nacido en Ubaté, el 7 de diciembre de 1930 en Bogotá, fue jurista, profesor universitario, magistrado del Tribunal Superior de Cundinamarca y Presidente de la Corte Suprema de Justicia en 1984. Su libro Recurso de casación civil aún es considerado “la biblia de la casación”.

Cursó el bachillerato en la Quinta de Mutis y luego completó su educación en el Colegio del Rosario, donde se recibió de abogado en 1956. Fue colegial de número en 1953, miembro de la consiliatura y docente de Derecho Civil en la Universidad del Rosario y la Universidad Nacional.

Murcia prefería no hablar del terror vivido entre los baños y pasillos del palacio. En su vida privada, gustaba de pasar temporadas en Cartagena, donde tenía un apartamento; allí conversaba sobre béisbol, su otra pasión.

Honores a un jurista ejemplar

Falleció el 10 de marzo de 2019. Días después, el 14 de marzo de 2019, se realizó un homenaje en la Capilla de los Santos Apóstoles del Gimnasio Moderno de Bogotá. Las estanterías de la Universidad del Rosario, donde reposan sus libros, custodiarán para siempre su legado.

En 1990 regresó a Cartagena como único orador en el homenaje al entonces presidente de la Corte Suprema, Fabio Morón Díaz. Allí pronunció un discurso memorable. Morón Díaz lo describió de esta manera:

“Han tenido el acierto de designar como vocero a un cartagenero por adopción, el doctor Humberto Murcia Ballén, expresidente de la Corte Suprema de Justicia, y jurista que enaltece con sus ejecutorias científicas y los hechos de su propia vida… Murcia Ballén, sólido y diserto, con un coraje moral que es ejemplo para todas las generaciones”.

Un ejemplo en medio de la tragedia

De los veinte magistrados presentes durante la toma, solo nueve sobrevivieron. Murcia Ballén fue uno de ellos. Su historia no solo narra el horror del Palacio de Justicia, sino el instinto de un hombre que, entre cenizas, eligió seguir viviendo.

Ese día perdió su prótesis, pero no la dignidad. Salió arrastrándose; volvió en pie, convertido en símbolo de la resistencia judicial colombiana.

 

Creado Por
Valerie Michelle Skinner Parra
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