En algunas ocasiones me han preguntado cómo es ser artista en nuestro país. Y tal vez esta sea una de las preguntas que más me cuesta responder.
Es difícil que en pleno siglo XXI todavía las mujeres nos cuestionemos por qué cuesta tanto ser mujer en una sociedad donde no podemos ser nosotras mismas y tener la igualdad de derechos en muchos ámbitos donde todo debería tener un equilibrio.
Si bien hoy en día la mujer puede tener cargos laborales a los cuales antes no accedían, tener independencia económica, más títulos, más certificaciones, estar hermosas, ser saludables, vernos mejor y más jóvenes; porque además de ocuparnos de los hijos y del hogar, hoy la mujer quiere ponerse la 10 y estar en todo. Se siente agotador el solo escribirlo, pero así es la mujer de hoy. Una mujer que parece inagotable, inalcanzable, indescriptible; pero lo raro es que cuando la mujer logra ser ‘más’ de lo que la sociedad ve como normal, las mujeres empiezan a ser catalogadas y comienzan a verlas de manera diferente. Esto es un tema del cual podríamos hablar luego, pero es algo que sigue latente, sobre todo en países como el nuestro donde el ‘machismo’ prevalece.
A mi me gusta hablar de irreverencia en el buen sentido de la palabra, porque gracias a esto es que la mujer ha podido marcar un precedente en la historia de la humanidad.
Es así cómo a través de la historia, la mujer si bien ha sido desvalorizada, lo que yo he encontrado en diferentes fuentes de historia es que muchas mujeres han sido las que han marcado una ruptura para una transformación. Y como yo lo veo es que es una transformación positiva para que hoy la mujer tenga otra posición, para que la mujer pueda tener voz, y que ya no sean una pocas las que resaltan en la historia, sino que cada vez sean más las que inspiren a otras a ser más auténticas, individuales y crean más en sí mismas.
Voy a contar un poco de algunas mujeres: Podría comenzar remontándonos a la historia bíblica con Eva y a hablar del pecado original, o con la Virgen María, salvadora del mundo, pero también podemos ir al antiguo Egipto con Cleopatra quien lo gobernó, siendo una mujer encantadora y audaz, ella por ejemplo, marcó el fin de un periodo. Juana de Arco en la época medieval, fue quemada por ser acusada como hereje, pero luego fue canonizada y vista como heroína. Marie Curie, la primera mujer en ganar un premio nobel en física y luego otro en química, abrió una brecha enorme para que las mujeres pudieran estudiar y desarrollar avances científicos que nunca antes se habían hecho. Virginia Wolf, revolucionaria del movimiento feminista, escritora, trabajó por los derechos de la mujer y la igualdad de género. Frida Kahlo, artista plástica que con su obra y su vida marco controversia y reivindicó el papel de la mujer en la sociedad. Jane Goodall, etóloga, ha inspirado a cientos de personas a ir en busca de sus sueños, gracias a su incansable búsqueda por conocer mejor el comportamiento de animales y de la propia naturaleza y entender la evolución del ser humano.
Aquí cito algunas de cientos de mujeres, entre científicas, escritoras, artistas, atletas, astronautas, matemáticas, presidentas, militares, enfermeras, monjas, reinas, activistas, paleontólogas, teólogas, benefactoras, periodistas, exploradoras, aviadoras, diseñadoras, ministras, poetas, compositoras, cantantes, deportistas, economistas, abogadas, entre otras que han marcado e impactado la historia del mundo.
Como puede verse, gracias a estas mujeres que dieron ese paso extra, que las motivó a ser lo que ellas querían y no lo que les imponían, hoy podemos observar como nuestra historia se ha transformado a través de cambios pequeños promovidos por mujeres ‘diferentes’ que han marcado brechas en las generaciones.
Entonces si, aunque me ha costado mucho ser artista plástica en mi país, hoy miro para atrás y me doy cuenta de la transformación que como mujer y como ser humano he tenido a lo largo de mi vida, por querer ver más allá, por querer hacer no lo que me digan, sino lo que mi alma siempre me ha pedido. Lo más lindo de este camino, es ver cómo hoy puedo hacer las cosas que me apasionan, como puedo crear Arte no solo con mis manos sino a través de las experiencias donde el Arte se vuelve un medio de sanación, y creo que esto es de los sentimientos más gratificantes que como ser humano uno puede experimentar. Como dice el neurocientífico Estadounidense Andrew Huberman, "Cada vez que eliges seguir adelante, fortaleces tu cerebro para ver la belleza y el propósito en la vida. Por eso, no te rindas. No porque debas cambiar el mundo, sino porque alguien necesita eso único que tú puedes dar".
No quiero que se malinterprete esto, porque si bien hoy puedo hacer lo que me gusta, me ha costado años de trabajo poder llegar donde he llegado; pienso que cada día uno tiene la posibilidad de volverse a reinventar; de jugar con nuestros conocimientos y ver realmente qué es eso que te puede hacer diferente. En mi caso, fue mi sanación física la que me llevó a navegar en mundos que eran ajenos a mi, pero de pronto ya mi alma lo tenía destinado. Vengo de una ciudad conservadora, y crecí con una cantidad de limitantes en mi cabeza que me decían siempre que debía ser buena niña, y no que tenía que ser feliz; porque además nunca nadie nos dijo que la vida iba a ser fácil, y que entre más obstáculos se presenten, más se aprende en la vida. Porque al final uno no aprende en el éxito sino en los fracasos; para mi, los fracasos son esos cimientos que vamos poniendo en el camino para poder pisar más fuerte y de manera segura. Y pienso, aunque hoy me quedan muchos sueños por cumplir, muchas cosas por hacer, siento paz en mi alma de saber que lo que hago lo hago para satisfacerme, para agradarme, para poder ir a mi cama cada noche con una sonrisa interna que me dice que lo estoy haciendo bien.
Hoy no me siento artista, hoy siento que soy un conjunto de cosas que me complementan y me ayudan a ser mejor, pero sobre todo a dejar una huella en las personas que mi trabajo impacta de alguna manera. Al final cuando nos vamos de este plano, no nos llevamos lo que tenemos, sino lo que hemos sembrado en los demás.