La descertificación del gobierno Trump a Colombia, por la política del presidente Petro frente al espinoso tema de las drogas, da lugar para conducir el asunto en otras ópticas de fondo y ver que Petro también merece ser descertificado por la sociedad colombiana, es decir, por el pueblo, dados los constantes comportamientos como ciudadano o mandatario, de los cuales recordamos estos veinte escenarios:
▪ Haberle dado a Estados Unidos suficientes razones para su polémica decisión ▪ Reducir de modo irresponsable el volumen y la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas ▪ Expulsar de tales Fuerzas a decenas de curtidos oficiales y suboficiales ▪ El lenguaje irrespetuoso al referirse a sus opositores ▪ La cantidad enorme de imprecisiones y falsedades en sus extensos discursos para pasar de genio de la oratoria ▪ La cantidad, también enorme, de promesas incumplibles que expone a cada momento ▪ El caos de su vida conyugal, familiar y sentimental ▪ Su impredecible cercanía emocional e ideológica con regímenes totalitarios de izquierda ▪ Sus inasistencias o llegadas tarde a eventos de distinto tipo, dentro y fuera del país, a los cuales había prometido ir ▪ Su evidente desafecto por regiones como Antioquia, Valle del Cauca, Caldas, etc., porque no le han dado apoyo a sus jugarretas políticas.
▪ La increíble ligereza con que nombra a ministros y otros altos funcionarios, y la velocidad para destituirlos o pedirles la renuncia ▪ La pasmosa facilidad con la que hace análisis y pronósticos de toda clase, y presenta “soluciones” en cualquier país: mientras más importante sea este, más descabelladas son las ideas ▪ Sus ganas de ser reelegido, aunque lo niega de todos los modos y en toda ocasión ▪ Rodearse de personas de “ética móvil” para ayudarle a permanecer más tiempo en las honduras y holguras del poder ▪ Sus reiteradas expresiones de desafecto (odio) a “los ricos” dizque por ser los responsables de la pobreza. (A todas estas, se comenta que Petro ya hace parte de los “ricos” de Colombia) ▪ Tomar decisiones de trascendencia mayúscula a impulsos de lo emocional ▪ No dejar claro cuándo un abrazo suyo es afecto o desprecio oculto ▪ Haber convertido al país en un monumental desorden en todos los frentes: económico, militar, político, social, financiero, institucional, diplomático, normativo, etc. ▪ Las ganas que tiene de tomarse los medios privados de comunicación y las redes para hacer lo que ordene "el partido" (como en su amada Cuba) ▪ Sentirse empujado por la convicción de “quien no está conmigo, está contra mí”. (¿Será que es el nuevo Jesús? Es capaz de decirlo).
Al que quiera más, que le piquen caña.
INFLEXIÓN. Los hospitales estadounidenses John Hopkins, Wilcox Memorial y Saint Joseph, y el alemán Saint Rochus, fueron pioneros en desarrollar programas para propiciar la risa entre los pacientes y fortalecer su salud emocional. No faltará quién en Colombia proponga que en los hospitales “del pueblo” se emplee una selección de los discursos y demás gracias del presidente para algo similar… De todos modos, Petro, ya estás descertificado...