
La guerra entre Israel e Irán ha dejado de ser una serie de ataques en la sombra. En junio de 2025, el Estado israelí lanzó la Operación León Naciente, una ofensiva directa contra instalaciones nucleares iraníes que cambió las reglas del juego en Medio Oriente. Para entender esta escalada sin precedentes, Kienyke.com entrevistó al embajador Yoed Magen, representante del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, quien ofreció detalles sobre el trasfondo, los objetivos y las implicaciones de esta nueva fase del conflicto.
Una enemistad ideológica con décadas de historia
Hasta 1979, Israel e Irán mantenían relaciones diplomáticas relativamente cordiales. Pero tras la Revolución Islámica liderada por el ayatolá Jomeini, el régimen iraní rompió lazos y adoptó una postura abiertamente hostil hacia el Estado judío. Desde entonces, Teherán ha apoyado a grupos como Hezbolá, Hamás, los hutíes y milicias en Irak y Siria, consolidando lo que Israel llama “el eje del mal”.
Según Magen, este entramado representa una amenaza activa y constante:
“Irán es el mayor desestabilizador de nuestra región… Ha creado lo que llamamos nosotros el eje del mal, un círculo de fuego que rodea a Israel”.
Del espionaje a la guerra abierta
Durante años, el enfrentamiento se desarrolló en la clandestinidad: asesinatos selectivos, ciberataques y explosiones misteriosas. Sin embargo, desde abril de 2024, cuando Israel bombardeó el consulado iraní en Damasco, el conflicto se volvió abierto. La ofensiva de junio de 2025 marcó una nueva etapa.
El embajador detalló la razón principal: el programa nuclear iraní.
“Llegamos a la conclusión que estamos en el minuto 90… Irán ha podido acumular suficiente uranio enriquecido que les alcanza para nueve bombas atómicas”.
Además, acusó a Irán de engañar al mundo: “El jueves pasado… la Agencia Internacional de Energía Atómica por primera vez reconoció el engaño iraní… declaró que Irán está en violación del Tratado de No Proliferación”.
La amenaza es existencial, insiste Israel
Para Israel, permitir que Irán desarrolle una bomba atómica es impensable. “El arma nuclear de Irán representa una amenaza existencial para el pueblo de Israel”, afirmó Magen.
“Nosotros, un país tan pequeño, no tenemos el lujo de vivir con un vecino armado con armas nucleares… sobre todo un vecino que llama a la destrucción del Estado de Israel”.
Según el diplomático, el objetivo es estrictamente militar: “Los dos objetivos de nosotros en esta guerra son degradar lo más que se pueda el programa nuclear de Irán y destruir lo más que se pueda su programa balístico”.
Irán responde con misiles… contra civiles
En la entrevista, Magen denunció que mientras Israel apunta a blancos militares, Irán ataca infraestructuras civiles.
“Irán va detrás de blancos civiles. Dispara contra nuestras ciudades. Yo acabo de volver hace media hora del refugio… Hubo un ataque iraní de 25 misiles”.
Uno de los objetivos fue un hospital clave en el sur del país: “Lanzaron un misil contra el mayor hospital que tenemos en el sur. Afortunadamente, ese hospital se evacuó parcialmente unas horas antes”.
También fue atacado un centro científico de renombre internacional:
“El Instituto Weizmann… destruyeron por completo un edificio con decenas de laboratorios donde hacían investigación científica para tratamientos contra el cáncer”.
¿Y el papel de las grandes potencias?
Aunque públicamente muchos países llaman a la moderación, según Magen, hay un respaldo diplomático importante a Israel: “Hemos visto un apoyo muy importante, obviamente de Estados Unidos, pero también de Alemania, Francia, Gran Bretaña y otros países claves”.
En cuanto a las potencias con vínculos con Irán como China o Rusia, el embajador expresó cautela, admitiendo que ese juego diplomático escapa del control directo de Israel: “Los estrechos y las potencias… eso ya es un juego mucho más grande. Se los dejo a las potencias”.
Una oportunidad para la región
Pese a la crudeza de la ofensiva, Magen cree que el debilitamiento de Irán y sus aliados puede generar un nuevo equilibrio regional:
“Si llegáramos a debilitar al régimen iraní… sería una noticia muy positiva para toda la región. Se abre un espacio importante para los otros países árabes, para un progreso, para un desarrollo y quizás una oportunidad a la paz”.
¿Qué viene ahora?
Israel afirma que no busca un cambio de régimen, pero sí una degradación completa de la capacidad nuclear iraní. Irán, por su parte, ya respondió con misiles y amenazas como el posible cierre del estrecho de Ormuz, por donde transita un tercio del petróleo mundial.
El conflicto ha dejado de ser regional: involucra intereses estratégicos globales, afecta el precio del crudo y pone a Medio Oriente al borde de un nuevo incendio bélico. Las palabras del embajador Magen no dejan lugar a dudas:
“Estamos viviendo una realidad sumamente complicada. Creo que ningún otro país del mundo tiene su soberanía y seguridad desafiada las 24 horas del día, como nosotros”.