
En medio de un escenario político marcado por tensiones diplomáticas y reformas en disputa, Aníbal Gaviria, exgobernador de Antioquia y hoy precandidato presidencial, plantea su visión para Colombia. En conversación con KienyKe.com, inicia con un diagnóstico claro sobre la relación bilateral con Estados Unidos.
“No cabe la menor duda que las relaciones con Estados Unidos son supremamente estratégicas. Desde todo punto de vista, desde el campo político, desde el punto de vista de seguridad, desde el punto de vista económico, el mercado de los Estados Unidos es absolutamente trascendental para Colombia”, asegura.
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Gaviria es enfático en que el próximo gobierno deberá reconstruir el nivel de diálogo y cooperación con Washington, que a su juicio se ha deteriorado en los últimos meses. Cuestiona duramente la postura del actual mandatario colombiano en territorio estadounidense:
“Independientemente de temas ideológicos o de nuestra posición, no tiene ninguna presentación que un presidente de cualquier país vaya a otro país a hacer lo que hizo el presidente Petro. Me parece que es una situación insostenible”.
Su propuesta es clara: volver a unas relaciones de Estado a Estado, estables y duraderas, alejadas de afinidades personales o ideológicas. “Cualquiera sea el presidente, Gustavo Petro, Álvaro Gaviria, las relaciones tienen que ser de Estado a Estado. Relaciones estables, duraderas y que tengan como foco los intereses del país y no las posiciones personales”, afirma.
Reformas sí, pero con diálogo y realismo económico
El debate sobre las reformas estructurales —tributaria, laboral, pensional y de salud— ha sido otro eje clave de la coyuntura política. Gaviria reconoce algunos aciertos iniciales, especialmente en la reforma a la salud, pero señala errores estratégicos del gobierno.
“Algunas de las reformas que el presidente Petro y el gobierno han propuesto tienen cosas buenas. Por ejemplo, la reforma a la salud tenía temas importantes, interesantes, como es el tema de la atención primaria en salud, la promoción y la prevención, también el mejoramiento de la atención en las áreas rurales”, afirma.
Sin embargo, advierte que la postura de “todo o nada” ha bloqueado avances:“El error más grave del presidente y de su gobierno es tratar de que esas reformas sean todo o nada. Entonces frustran las cosas buenas que tenía y por el contrario deterioran lo bueno que tenía el sistema”.
Sobre la reforma tributaria, su posición es tajante: la califica de “absolutamente inconveniente e inoportuna”, señalando impactos en sectores populares y productivos. “Lo que dijo el presidente acerca de que el alza en los combustibles no afectaba sino a los estratos altos ha generado la reacción más grande de las personas que utilizan, por ejemplo, las motos en millones y millones en todo el país”, explica.
También cuestiona los impuestos a la industria creativa y espectáculos, una de las áreas en crecimiento en Colombia. Para él, la verdadera transformación tributaria debe apuntar a reducir el costo y la burocracia del Estado, no a aumentar cargas indiscriminadas.
Más allá de izquierdas y derechas: una propuesta de unidad
Frente a la polarización política, Gaviria rechaza los encasillamientos ideológicos: “No me encasillo en ninguna precisamente porque no creo que esa deba ser la división hoy. Ese es un tema ya un poco anacrónico”, sostiene.
Explica que conceptos tradicionales como “seguridad de derecha” o “seguridad de izquierda” no aplican en el contexto actual: “La seguridad es la primera inversión social porque la inseguridad ataca fuertemente y mucho más a los más vulnerables”.
Con esta visión, propone una política pública que combine autoridad, oportunidades y cohesión social, sin caer en rótulos ideológicos.
Narcotráfico: corresponsabilidad internacional y enfoque integral
En cuanto a la lucha contra el narcotráfico, plantea un enfoque “más holístico” que ataque todos los eslabones de la cadena: narcocultivos, precursores, financiación, tráfico y consumo. “Primero, la gran forma de combatir la cadena entera es atacando todos sus eslabones. Y para atacar todos sus eslabones tiene que haber una corresponsabilidad internacional”, señala.
Está de acuerdo con la fumigación técnica y científica donde sea necesario, pero apuesta por la sustitución de cultivos como estrategia estructural. Sobre la legalización, considera que puede haber una legalización parcial para ciertos rangos de edad y en ciertas ocasiones, pero aclara que “no considero que esa sea la solución, sino que la solución tiene que ser el ataque integral con corresponsabilidad internacional”.
Crítica a la “paz total” y defensa del sometimiento
Respecto a la política de “paz total” con grupos armados, Gaviria es tajante: “Fui un crítico muy directo desde el principio de la paz total. Me parece que es un proceso mal diseñado, un proceso mal ejecutado, con enormes vacíos y lo que le ha dejado al país no es sino un crecimiento de los problemas de inseguridad y un crecimiento de los grupos criminales”.
Para él, la lucha armada perdió vigencia: “Se acabó el argumento de la lucha armada. Estos grupos hoy son grupos criminales que tienen un objetivo que es el enriquecimiento ilícito. Entonces, hay que atacarlos como tal”. Su enfoque es el sometimiento de los grupos al Estado, no al revés.
Un llamado a los jóvenes: “La transformación la hacemos todos”
Finalmente, envía un mensaje directo a los jóvenes que han perdido la fe en la política: “La indiferencia por ningún motivo es la solución o el camino. Hay que comprometerse y escuchar las propuestas de quienes estamos queriendo avanzar en una estrategia y en un propósito nacional para unir a los colombianos”.
Con tono esperanzador, convoca a construir unidad nacional: “Esto no es un tema de una persona ni siquiera de un gobierno, esto es un tema de los colombianos. La transformación de Colombia la hacemos todos unidos”.