La reciente posesión de Juan Carlos Florián Silva como nuevo jefe de la cartera de Igualdad y Equidad ha desatado un intenso debate público. El presidente Gustavo Petro ratificó su nombramiento en medio de controversias por su pasado como trabajador sexual y actor de cine para adultos, así como por su preferencia de ser referido con pronombres femeninos.
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“Me nombro en femenino porque soy una marica”
En el pódcast A Pelo, el politólogo ibaguereño sorprendió al corregir a los entrevistadores que lo llamaron “señor ministro”: “Señorita ministra”, dijo entre risas. Explicó que prefiere el trato en femenino “porque soy una persona y porque soy una marica. Yo no soy gay, respeto mucho, yo soy una marica y por eso hablo en femenino”.
Florián, quien desde abril se desempeñaba como viceministro de Diversidades, asumió el cargo en reemplazo de Carlos Rosero. Durante su posesión, afirmó: “Con orgullo y compromiso asumo hoy como ministro de Igualdad y Equidad, para seguir trabajando por las poblaciones históricamente excluidas. Reconocemos la diferencia como parte del cambio y la construcción de paz”.
Un camino marcado por la lucha y la polémica
Con más de 20 años de experiencia en cooperación internacional en organizaciones como Médicos Sin Fronteras y Save the Children, Florián también ha ocupado cargos en defensa de los derechos LGBTI en Bogotá. Sin embargo, su trayectoria incluye periodos complejos: “No vengo de las élites. Vengo de las calles, de la lucha, del activismo de verdad. Fui trabajador sexual, hice contenido para adultos, soy VIH positivo, y fui migrante”, declaró a principios de agosto.
Petro defendió públicamente su designación: “A mí nadie que sea negro me va a decir que hay que excluir a un actor porno”, recordó el presidente en un consejo de ministros, aludiendo a la oposición que generó su nombramiento.
Exiliado en París tras recibir amenazas de muerte por su activismo, Florián recurrió a la pornografía como medio de subsistencia. Reconoce que el sector “explota mucho” y defiende la necesidad de garantías laborales para quienes ejercen trabajo sexual: “Son personas que merecen tener las mismas garantías laborales que tiene cualquier persona de la clase trabajadora”.
El nuevo ministro ha hablado abiertamente de vivir con VIH desde hace dos décadas: “No somos ni menos aptas ni menos capaces para poder asumir un cargo”. También abordó su pasado con drogas inyectables, consumo que inició a los 38 años: “Estuve en situaciones muy complicadas donde puse en riesgo mi economía, mi seguridad, mi vida, mi salud”.
Sobre su rol en el Ministerio, dejó claro que no busca “LGBTizar” la cartera: “Creo que las capacidades que tenemos nos permiten hablar de otra serie de sectores”. Para él, la responsabilidad es “grandísima” y su objetivo es trabajar por la igualdad en todas sus dimensiones.
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