
Cuidar el hígado no es solo una recomendación médica, sino una inversión en bienestar a largo plazo. Este órgano vital, responsable de eliminar toxinas, procesar nutrientes y producir bilis, necesita atención especial en nuestra dieta diaria. Así lo señala Leah Kaufman a Vogue, dietista clínica del centro médico NYU Langone Health, quien destaca la importancia de mantener el hígado sano para evitar complicaciones crónicas como el hígado graso, la cirrosis o incluso el cáncer hepático.
“Una de las principales funciones del hígado es eliminar las sustancias de desecho del organismo en forma de bilis”, explica Kaufman. “Por eso, mantenerlo sano debe ser una prioridad”.
¿Cómo se cuida el hígado desde la alimentación?
La clave está en lo que se consume y en lo que se evita. Kaufman recomienda reducir el consumo de alcohol, evitar las grasas saturadas y los azúcares simples, y optar por una dieta rica en frutas, verduras y grasas saludables. Además, el ejercicio regular y una hidratación adecuada complementan un estilo de vida hepatoprotector.
A continuación, presentamos algunos de los alimentos que, según estudios y especialistas, ayudan a limpiar el hígado y optimizar su funcionamiento:
1. Arándanos
Ricos en antioxidantes, los arándanos tienen propiedades antiinflamatorias y protectoras contra el daño hepático. Investigaciones sugieren que pueden incluso inhibir el desarrollo de células cancerosas en el hígado.
2. Verduras de hoja verde y crucíferas
Verduras como el kale, la rúcula o la espinaca contienen clorofila, una sustancia natural con potentes propiedades desintoxicantes. Por su parte, las crucíferas —como el brócoli, la coliflor y las coles de Bruselas— ayudan a proteger las células hepáticas y a prevenir el desarrollo de hígado graso, como lo demuestran estudios en modelos animales.
3. Tomates
Con alto contenido de licopeno y otros antioxidantes, los tomates favorecen la eliminación de toxinas y protegen al hígado del estrés oxidativo. Además, algunos estudios los vinculan con una disminución del riesgo de enfermedad hepática.
4. Remolacha
Consumida especialmente en forma de jugo, la remolacha ayuda a reducir la inflamación y protege al hígado del daño causado por radicales libres. También colabora en disminuir la acumulación de grasa en el órgano.
5. Semillas de lino
Estas pequeñas semillas son una fuente vegetal de ácidos grasos omega-3, conocidos por su capacidad de reducir la grasa hepática y el colesterol. Son fáciles de incorporar en batidos, ensaladas o yogures, y aportan múltiples beneficios más allá de la salud del hígado.