La vida de Nydia Quintero, entre valores, dolor y servicio a Colombia

Dom, 17/08/2025 - 12:17
Madre de un país entero, dedicó más de nueve décadas a sembrar valores y esperanza en millones de colombianos a través de la Fundación Solidaridad por Colombia.
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La historia de Colombia en el siglo XX y comienzos del XXI no puede contarse sin mencionar a una mujer cuya vida entera estuvo marcada por el servicio a los demás. Doña Nydia Quintero de Balcázar, como la conocieron millones de colombianos, dejó un legado de solidaridad, valores y entrega social que trascendió cargos, matrimonios y épocas. Su nombre está inevitablemente ligado a la Fundación Solidaridad por Colombia y a la Caminata de la Solidaridad, símbolos vivos de un país que aprendió con ella que la unión ciudadana puede transformar realidades.

Infancia y sólidos valores

Nació en Neiva, Huila, el 22 de octubre de 1931, hija de Jorge Quintero Céspedes y Adhalía Turbay Ayala. Su infancia transcurrió en la capital huilense en un hogar donde se respiraba sentido de familia, fe y compromiso social. De su madre heredó la costumbre de acompañar a los necesitados: entregar mercados en barrios humildes, visitar enfermos o brindar consuelo en tragedias. Aquellas vivencias sembraron en ella la convicción de que los valores son las raíces de toda acción humana.

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Su educación se desarrolló en instituciones de gran tradición: el colegio de La Presentación de Neiva, las Dominicas Terciarias de Funza y el colegio de monjas El Rosario de Bogotá. Tras la muerte de su padre, obtuvo una beca en el Liceo Nacional Femenino Antonia Santos, donde culminó su formación. Aquel periodo coincidió con los trágicos años del “Bogotazo”. Ella misma recordaba cómo, siendo estudiante de ballet en el Teatro Colón, fue testigo de las hordas enfurecidas tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, un hecho que la marcó profundamente.

Nydia Quintero
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EFE

Ese mismo año, con apenas 16 años, contrajo matrimonio en la iglesia de Santa Teresita de Bogotá con Julio César Turbay Ayala, un dirigente liberal de 32 años. De esta unión nacieron cuatro hijos: Julio César, Diana Consuelo, Claudia y María Victoria. El matrimonio se extendió por más de tres décadas, hasta que en 1983 se separaron; en 1986 el Vaticano anuló el vínculo y ese mismo año ella contrajo segundas nupcias con el político vallecaucano Gustavo Balcázar Monzón.

Primera dama y creación de la Fundación Solidaridad

La vida pública de Nydia se consolidó acompañando a su primer esposo en su carrera política. Al recorrer el país conoció de primera mano las necesidades de las comunidades y la magnitud de la pobreza. En 1975, junto a su hija Diana Turbay, dio forma a una idea que ya llevaba tiempo creando: una fundación dedicada a la niñez y a los sectores más vulnerables. Así nació Solidaridad por Colombia, oficialmente constituida el 31 de agosto de 1979.

Ese mismo año enfrentó su primera gran prueba: el devastador tsunami en Tumaco. Allí, Doña Nydia no dudó en recoger cadáveres, consolar a sobrevivientes y organizar ayudas. De esa tragedia nació también una historia luminosa: llevó a Bogotá a un niño afrocolombiano, Jhony Fernando Gómez, quien vivió en la Casa de Nariño, estudió hasta graduarse y más tarde trabajó en la Gobernación de Nariño. Décadas después, madre e hijo adoptivo se reencontraron en un emotivo abrazo.

Cuando Julio César Turbay asumió la presidencia (1978-1982), ella se convirtió en primera dama y presidenta del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Desde allí impulsó reformas trascendentales, como la ampliación de la cobertura del instituto hasta los 16 años y la aprobación de una ley que protegía a los menores trabajadores. También logró la terminación de trece centros comunitarios en Bogotá. Sin embargo, su verdadera misión estaba en la fundación, que pronto se consolidó como una red ciudadana de solidaridad en todo el país.

La Caminata de la Solidaridad y el dolor de la pérdida

En paralelo, surgió uno de los eventos más emblemáticos de la cultura popular: la Caminata de la Solidaridad, realizada por primera vez el 12 de octubre de 1979. Lo que empezó como un pequeño desfile para conseguir equipos de panadería para un instituto de discapacitados, se transformó en una cita anual que reunía a artistas, deportistas, comparsas y millones de colombianos en un carnaval solidario. Cantinflas, Pelé, el elenco de “El Chavo del 8” y múltiples figuras desfilaron a su lado, convirtiendo el evento en un símbolo de unión nacional.

El camino de Doña Nydia también estuvo marcado por el dolor. El 25 de enero de 1991, su hija Diana Turbay fue asesinada durante un fallido intento de rescate tras meses de secuestro por orden de Pablo Escobar. Desde entonces, Nydia vistió de negro en memoria de su hija, pero lejos de detenerse, redobló su compromiso social convencida de que solo la solidaridad y la formación en valores podían sanar las heridas de un país golpeado por la violencia.

Por más de cuatro décadas lideró su fundación, llevando auxilio a más de 170 municipios y beneficiando a miles de familias. En 2016, tras 41 años de trabajo ininterrumpido, cedió la presidencia a su nieta María Carolina Hoyos, asegurando así la continuidad de su legado. Ese día expresó: “Hoy va a tomar posesión mi nieta para continuar con este camino”.

Es importante recordar que su nieto Miguel Uribe Turbay siguió los pasos familiares en la política: fue concejal de Bogotá, secretario de Gobierno distrital y senador desde 2022, además de precandidato presidencial. El 7 de junio de 2025, durante un acto público en el parque El Golfito, en el barrio Modelia de Bogotá, fue víctima de un atentado por parte de un adolescente que le disparó en la cabeza y la pierna. Tras permanecer hospitalizado en la Clínica Fundación Santa Fe y ser sometido a múltiples cirugías, falleció el 11 de agosto de 2025, a los 39 años, como consecuencia de las graves heridas cerebrales que sufrió.

Por si no fuera un golpe lo suficientemente duro para la familia, poco antes, el  30 de junio de 2025, a los 93 años, Doña Nydia Quintero falleció en Bogotá, dejando un vacío imposible de llenar. Su partida generó un homenaje unánime: desde expresidentes hasta ciudadanos anónimos la recordaron como “la dama de la solidaridad”, ejemplo de generosidad y compromiso social. Su fundación, sus programas educativos y la Caminata de la Solidaridad continúan vivos como prueba de que una vida entregada al servicio puede cambiar el destino de millones.

Legado y despedida de una vida ejemplar

Su trayectoria fue reconocida en vida con más de sesenta premios, entre ellas la Gran Cruz de Boyacá, la Orden al Mérito Rafael García Herreros, la Orden de Isabel la Católica y el Premio Cafam a la Mujer en 2018. Para muchos colombianos, sin embargo, el mayor reconocimiento fue llamarla con cariño “mamá Nydia”, la mujer que con voz serena y corazón inmenso siempre estuvo dispuesta a tender la mano. La historia de Nydia Quintero es, en esencia, la historia de una mujer que convirtió la compasión en acción, el dolor en fuerza y la solidaridad en un legado eterno

Creado Por
Valerie Michelle Skinner Parra
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