
Desde finales de marzo, los rumores sobre una posible separación entre Claudia Bahamón y Simón Brand han ido ganando fuerza. La chispa que encendió la conversación pública fue la aparición de él en el Festival Estéreo Picnic, donde fue visto en compañía de la modelo Jimena Rugeles. Aunque hasta ahora ninguno de los dos ha emitido una declaración oficial, los gestos —o la ausencia de ellos— han dicho mucho más que las palabras.
La presentadora, considerada una de las figuras más queridas de la televisión colombiana, optó por retirarse momentáneamente del foco mediático y desaparecer de sus redes sociales, una decisión que no hizo más que alimentar la especulación. Sin embargo, su reciente reaparición en Instagram, a través de una galería fotográfica de una escapada familiar a Palomino, ha reactivado las conjeturas.
En las imágenes se le ve disfrutando de un paisaje paradisíaco junto a sus dos hijos, Simón y Lucca, rodeada de naturaleza y de la compañía de su familia más cercana. Pero un detalle no pasó desapercibido: la ausencia total de Simón Brand en estas escenas de tranquilidad y unión.
El hermetismo de Bahamón también se dejó ver en los Premios India Catalina, donde fue galardonada como mejor presentadora. Durante su discurso de agradecimiento, ella omitió cualquier mención a su esposo, lo que fue interpretado como un gesto simbólico de distanciamiento. Para muchos, fue la confirmación silenciosa de que algo no anda bien en la relación.
Los seguidores de la presentadora no tardaron en llenar su reciente publicación con mensajes de aliento y amor. “Hermosa familia, los tres son suficientes. Dios los bendiga siempre”, comentó una usuaria, mientras otros destacaron su fuerza frente a los posibles cambios en su vida personal. “Te mereces lo mejor del mundo, Claudita. Si ya algo no te aporta, es mejor liberarse de esas cargas”, escribió otra fanática.
Los comentarios reflejan no solo el apoyo incondicional de su comunidad digital, sino también la percepción generalizada de que Claudia Bahamón está atravesando un proceso de transformación emocional, quizás inevitable.