El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció su decisión de reanudar de inmediato las pruebas nucleares, argumentando que otros países ya realizan ensayos similares. Su declaración, publicada en la revista Truth, ha despertado preocupación internacional por el posible inicio de una nueva carrera armamentista global.
“Dado que otros países cuentan con programas de pruebas de armas nucleares, he dado instrucciones al Departamento de Guerra para que empiece a probar nuestras armas nucleares como ellos. Este proceso comenzará de manera inmediata”, escribió Trump horas antes de su reunión con el presidente chino Xi Jinping, celebrada el 30 de octubre en Busan, Corea del Sur.
El anuncio llega después de que Rusia confirmara el exitoso ensayo del dron submarino Poseidón, un supertorpedo de propulsión nuclear capaz de generar tsunamis radiactivos, y apenas días después de probar el misil de crucero Burevestnik, también de propulsión nuclear.
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Corea del Sur acelera su programa nuclear
La decisión de Trump ha tenido eco en Seúl, donde el presidente Lee Jae-myung pidió a Washington autorización para adquirir combustible destinado a submarinos nucleares, argumentando limitaciones tecnológicas en el actual programa de defensa. Según la agencia Yonhap, el mandatario estadounidense aprobó la solicitud, marcando un giro importante en la cooperación militar entre ambos países.
El anuncio se produce a pocos días del aniversario de la Operación Ivy Mike, la primera prueba estadounidense de una bomba de hidrógeno, detonada el 1 de noviembre de 1952 en el atolón de Enewetak, Islas Marshall. Aquella explosión liberó más de 10 megatones de potencia, mil veces más que la bomba de Hiroshima.
Críticas internas y tensiones diplomáticas
El anuncio de Trump desató críticas inmediatas. El experto Daryl Kimball, de la Asociación para el Control de Armamento, afirmó que “Estados Unidos no tiene razones políticas, técnicas o militares para reanudar pruebas nucleares”.
Por su parte, el senador demócrata Ed Markey calificó la medida como “temeraria y peligrosa”, al considerar que podría romper tres décadas de moratoria y poner en riesgo los avances en no proliferación nuclear.
Mientras tanto, las relaciones entre Trump y Putin atraviesan un momento tenso tras la cancelación de una cumbre en Budapest, y el anuncio ha añadido un nuevo elemento de fricción con Rusia y China, justo en medio de la gira asiática del mandatario estadounidense.
