El empresario y precandidato presidencial Santiago Botero radicó ante la Registraduría Nacional 1.200.000 firmas de respaldo ciudadano, con las que busca formalizar su aspiración a la Presidencia en 2026. Según su campaña, la recolección representa un ejercicio amplio de participación, con énfasis en sectores populares y estratos 1, 2 y 3.
De acuerdo con la normativa electoral, la Registraduría debe verificar la autenticidad y validez de las firmas antes de certificar si el precandidato cumple el umbral requerido para la inscripción oficial. El trámite marca así el inicio formal del proceso administrativo que antecede a la validación de candidaturas por vía ciudadana.
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El mensaje de campaña
El aspirante insistió en que su movimiento busca representar a los sectores de menores ingresos y se definió como un candidato “sin jefe político ni económico”. Durante los últimos meses, la campaña combinó actividades públicas y presencia digital para promover la recolección de apoyos, apelando a un discurso de tono religioso y mensajes reiterados contra la corrupción y la delincuencia.
Trámite y verificación
La presentación de los formularios implica que la Registraduría adelantará la revisión técnica para confirmar cuántas de las rúbricas cumplen los requisitos legales. El proceso puede reducir significativamente la cifra inicial, dado que se depuran los registros repetidos, incompletos o no válidos.
El anuncio se produce luego de que Botero asegurará, semanas atrás, haber completado la meta de firmas necesarias para inscribirse por la vía ciudadana. La radicación masiva busca ahora que la autoridad electoral certifique el número final de apoyos válidos y determine si puede avanzar a la etapa de inscripción de su candidatura.
Lectura política
La entrega de un volumen elevado de firmas tiene un efecto doble. En el plano comunicacional, muestra capacidad de organización y movilización por parte del precandidato. Pero, desde la perspectiva institucional, abre un proceso de control y verificación que será determinante para definir su permanencia en la contienda.
Mientras la campaña enfatiza la magnitud del respaldo ciudadano, el sistema electoral centra su atención en la comprobación técnica y legal de cada formato presentado. Solo una vez completada esa revisión, Botero podrá inscribirse oficialmente como candidato presidencial para 2026.
