César Mauricio Rodríguez

Doctor en Humanidades con énfasis en Ciencias Políticas por la Universidad de Leiden (Holanda). Máster en Inteligencia Estratégica y Prospectiva por la Universidad Jaume I de Castellón (España). Especialista en seguridad, politólogo e internacionalista Magna Cum Laude. Egresado en competencias directivas del PAG – Programa de Alto Gobierno de la Universidad de Los Andes, y del PDD – Programa de Desarrollo Directivo de INALDE Business School.

Consultor, profesor, columnista e investigador en temas de estrategia, liderazgo, innovación, gestión pública y comunicaciones estratégicas. Cuenta con más de 25 años liderando procesos de transformación organizacional y desarrollo de políticas públicas en el sector público y privado.

César Mauricio Rodríguez

Unidad para que cese la horrible noche

La muerte del precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay confirmó el retorno de la violencia política en Colombia. Como aquel trágico 18 de agosto de 1989, en pleno auge del narcoterrorismo cuando se presentó el magnicidio del también candidato Luis Carlos Galán, el país retrocedió a los aciagos días donde los violentos se imponían con absoluta impunidad y un silencio cómplice, que pretende cegar nuestras esperanzas democráticas. Es un atentado directo contra los principios esenciales del Estado, la convivencia pacífica y la democracia.

No se trataba solo de un joven con aspiraciones políticas; representaba a una generación que creció en medio de la violencia, a quien a los seis años de edad, le fue secuestrada y luego asesinada su madre, la periodista Diana Turbay en 1991, valiente comunicadora que develó los tentáculos del narcotráfico. Su voz, que tantas veces reclamó respeto por las instituciones, la Constitución y la ley, ha sido silenciada por aquellos que desde la violencia de palabra, motivaron la violencia física y la muerte. Dolor en Colombia.

En estos días oscuros, resuena el eco del himno nacional “cesó la horrible noche”. ¿Pero acaso cesa cuando un país sigue contando los líderes valientes que enfrentan la inseguridad y la desinstitucionalización, caídos política, judicialmente o incluso ofrendando sus vidas? ¿Cesa cuando el miedo se instala en las plazas públicas? ¿Cuándo no hay garantías para la oposición que reclama libertad y orden? ¿Cuándo son perseguidos quienes disienten, opinan y reclaman protección de la democracia? No compatriotas, la horrible noche regresó en estos años de destrucción de la institucionalidad, alimentada por el odio de palabra y de clases, por el desprecio a los valores y la moral. 

Lo más grave es que este crimen desnuda una realidad: no hay garantías para el ejercicio de la democracia, no solo para los candidatos, sino para los poderes públicos, periodistas, la oposición y la misma opinión pública.  Pero lo que indigna aún más es la actitud soberbia y distante del Gobierno Nacional. Mientras los ciudadanos y líderes piden respuestas y acciones concretas. El poder central parece más preocupado por inventar diferencias limítrofes con Perú, asociarse y defender regímenes del narcotráfico como el venezolano, enfrentarse a sus socios comerciales y distraer la opinión de sus propias crisis de corrupción, de falta de ejecución e incompetencia en la gestión pública.  

Hoy, más que nunca, el país necesita unidad. La misma que en los noventa nos libró del asesinato político y el terror impuesto por los carteles. Pero fue con autoridad, seguridad y firmeza. Reitero la importancia del llamado a la conformación de un frente único ciudadano para reconstruir a Colombia. Desde ya debe trazarse la hoja de ruta para primero, blindar lo esencial: la vida, el respeto y el derecho a disentir sin temor.

Luego será indispensable trazar la hoja de ruta para la recuperar el país, indefectiblemente desde la seguridad. Solo arrebatándole el ímpetu impune y el terreno que ganaron los criminales en estos años, será posible recobrar la confianza. Con esta condición luego, se podrán tomar las duras pero urgentes decisiones económicas para recuperar el fisco público y atraer nuevamente la inversión, impulsar el trabajo y el emprendimiento. 

Estas palancas jalonarán el crecimiento producto de recuperación directamente proporcional de la seguridad. Así finalmente, se reconstruirán las instituciones y los sectores en crisis que tocan la realidad de calidad de vida y desarrollo que esperan los colombianos en materia de salud, educación y empleo.

Mis condolencias, profundo respeto y consideración con la familia de Miguel Uribe, su esposa, sus hijos. En medio del dolor, siempre hay un propósito, un para qué, siempre unidos en oración como lo hicimos durante dos meses por su vida, en Dios nuestro Señor. Tal vez su muerte, por dolorosa que sea, genere conciencia colectiva y nos ponga al nivel de los intereses de la nación, de los colombianos que anhelamos el bien. Sin duda servirá para despertar y reaccionar, para mostrarnos ese camino de reconstrucción que necesita el país. 

Si la muerte de Miguel Uribe Turbay se olvida como un hecho más de violencia en la historia reciente del país, habremos fallado como nación. Pero si logramos que este dolor nos una, que esta tragedia nos saque de la comodidad del silencio, entonces quizá podamos ver amanecer y recuperar la esperanza democrática. 

Invito a deponer los egos en los partidos, reitero, a convocar, a la unidad. Colombia está esperando liderazgos, voces que llamen a la esperanza y que inspiren. Que convoquen un camino común de nación basado en la libertad y el orden, que sean luz y ejemplo desde la moralidad para buscar el bien común. Porque solo así, unidos, podremos decir que cesó -al fin- la horrible noche

Creado Por
César Mauricio Rodríguez
Más KienyKe
A dos días de que expire la tregua arancelaria, Estados Unidos y China siguen sin un acuerdo definitivo para evitar una nueva escalada en su guerra comercial
Asimismo, reconoció que otras ciudades estadounidenses "también tienen problemas" de este tipo.
Trump indicó que cree que las conversaciones con Putin serán "constructivas".
El alcalde Carlos Fernando Galán expresó, a través de su cuenta en X, un mensaje de condolencias por el fallecimiento de Miguel Uribe Turbay
Kien Opina