
Un nuevo y preocupante episodio de violencia se registró en la región del Catatumbo, al noreste del país, donde un ataque con drones cargados con explosivos dejó un saldo de tres militares muertos y ocho heridos. Los hechos ocurrieron este domingo en zona rural del municipio de El Carmen, en el departamento de Norte de Santander, y han encendido nuevamente las alertas sobre el uso de nuevas tecnologías por parte de grupos armados ilegales.
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Según los reportes iniciales, el ataque fue atribuido al Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo guerrillero que tiene presencia histórica en esta zona del país. Las víctimas pertenecían a unidades del Ejército Nacional que realizaban labores de patrullaje y control territorial cuando fueron impactadas por dispositivos aéreos no tripulados, modificados para transportar y detonar artefactos explosivos de fabricación casera.
El hecho ocurrió en momentos en que el Gobierno Nacional mantiene negociaciones de paz con el ELN. Sin embargo, este tipo de ataques, cada vez más sofisticados, ponen en duda la voluntad de desescalamiento por parte del grupo armado y alimentan el escepticismo de sectores sociales y políticos que reclaman resultados concretos en materia de seguridad.
Una modalidad que parece nueva pero no lo es
La utilización de drones con carga explosiva no es nueva en el Catatumbo, pero sí representa una escalada significativa del conflicto armado en esa región. Expertos han advertido que estos dispositivos ofrecen ventajas tácticas a los grupos ilegales: permiten ataques dirigidos, a distancia, y con menor riesgo para sus operadores. Lo preocupante es que estas herramientas están cada vez más al alcance de estructuras criminales, lo que plantea nuevos desafíos para las Fuerzas Militares y la inteligencia estatal.
Otros militares heridos fueron evacuados a centros asistenciales de la región, donde reciben atención médica Las víctimas fatales fueron los soldados Jesús Alberto Sánchez Anaya, Jader Luis Calle Núñez y Héctor Miguel Ramos Olivera,las autoridades han anunciado que se adelantan investigaciones para esclarecer plenamente lo ocurrido y reforzar la seguridad en los puntos vulnerables de la zona.
Este hecho revive el debate sobre la militarización del Catatumbo, una región históricamente golpeada por el conflicto armado, el narcotráfico y el abandono estatal. La presencia de grupos como el ELN, disidencias de las FARC y estructuras del crimen organizado ha convertido a esta zona en una de las más inestables del país.
El Ministerio de Defensa rechazó enérgicamente el ataque y anunció operaciones para ubicar a los responsables. Por su parte, voceros del Ejército lamentaron las pérdidas humanas y reiteraron el compromiso de la institución con la protección del territorio y la población civil.
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