
Estados Unidos ha ordenado el despliegue de una fuerza naval adicional en el sur del mar Caribe, como parte de la estrategia del presidente Donald Trump para combatir a los cárteles de la droga en América Latina. La medida incluye barcos de guerra, submarinos, aviones de vigilancia y miles de marines con el objetivo de bloquear rutas clave del narcotráfico, especialmente en aguas cercanas a Venezuela.
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Refuerzo militar en aguas estratégicas
El USS Lake Erie, es un crucero de misiles guiados, y el USS Newport News, un submarino nuclear de ataque rápido, arribarán a la región al inicio de la próxima semana. Estas acciones responden, según funcionarios estadounidenses, a la necesidad de enfrentar amenazas a la seguridad nacional derivadas de “organizaciones narcoterroristas” con presencia activa en el Caribe y Sudamérica.
En paralelo, la semana anterior se había ordenado el envío de un escuadrón anfibio conformado por los buques USS San Antonio, USS Iwo Jima y USS Fort Lauderdale, que ya debían encontrarse cerca de las costas venezolanas desde el domingo. Este escuadrón transporta a 4.500 efectivos, incluidos 2.200 infantes de marina.
Política central de Donald Trump
El despliegue naval responde a una política definida por Trump, que ha priorizado la eliminación de los cárteles latinoamericanos, integrando la lucha antidrogas con el control migratorio y la seguridad fronteriza.

En febrero, Washington designó al Cártel de Sinaloa, al grupo venezolano Tren de Aragua y a otras bandas como organizaciones terroristas globales, ampliando el alcance jurídico y operativo de sus acciones militares y diplomáticas.
Sin embargo, el Pentágono mantiene en reserva los detalles específicos de la misión y aclaró que la operación busca reforzar la presencia militar estadounidense en rutas marítimas empleadas por redes criminales.
El despliegue incluye también tres destructores equipados con el sistema de defensa Aegis: el USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson. Estos buques de la clase Arleigh Burke tienen capacidad para rastrear y neutralizar amenazas aéreas y marítimas, además de ejecutar operaciones de vigilancia, interceptación y ataque.
En total, el operativo abarca aproximadamente 4.000 marines, junto con aviones de vigilancia P-8 Poseidon, otros buques de guerra y al menos un submarino de ataque rápido. Las operaciones se llevarán a cabo en aguas y espacio aéreo internacionales, y se extenderán por varios meses.
Impacto regional y cooperación internacional
Washington ha vinculado reiteradamente al Cartel de los Soles, presuntamente dirigido por funcionarios ligados a Maduro, con el tráfico masivo de drogas hacia Estados Unidos. La inclusión del Tren de Aragua en la lista de organizaciones terroristas globales amplía el radio de acción y justificación legal de estas operaciones.
Además de Estados Unidos, Francia anunció un despliegue militar en el Caribe, específicamente en Guadalupe y Martinica, con el objetivo de proteger estos territorios de ultramar, que son considerados puntos de tránsito de drogas hacia Europa.