
La reciente salida de Diego Guevara del Ministerio de Hacienda de Colombia ha dejado muchas interrogantes sobre el rumbo económico del país y las tensiones internas en el Gobierno del presidente Gustavo Petro.
Guevara, quien asumió el cargo tras la salida de José Antonio Ocampo a la cartera, ahora se aleja de su puesto por lo que se rumora, varios desencuentros con el mandatario, principalmente relacionados con la gestión fiscal y el ajuste del gasto público, que se ha convertido en un tema crucial en la actual administración.
El desencuentro entre Guevara y Petro fue público, pero se venía gestando desde hace tiempo. El Ministro de Hacienda, conocido por su postura cautelosa frente a las finanzas del Estado, había expresado su preocupación por la necesidad de hacer ajustes significativos al presupuesto de la Nación para poder cubrir el déficit fiscal.
La propuesta de un ajuste del gasto público por 12 billones de pesos no fue bien recibida por el Gobierno de Petro, que ha estado buscando una política más expansiva para impulsar el desarrollo social y económico del país.
Según fuentes cercanas al Ejecutivo, las diferencias entre ambos se fueron incrementando con el paso de los días, y aunque en el Ministerio de Hacienda aún no se confirma oficialmente la salida de Guevara, en los pasillos del Gobierno se rumorea que el presidente Petro habría tomado la decisión de apartarlo debido a sus posiciones contrarias en cuanto a la administración del presupuesto nacional. La relación de trabajo entre Guevara y Petro ya venía siendo tensa desde que el ministro asumió el cargo, lo que culminó en su salida inesperada.
La falta de consenso sobre el ajuste fiscal
Uno de los principales puntos de conflicto entre el presidente Petro y Guevara fue el ajuste fiscal necesario para cuadrar el presupuesto nacional.
En los últimos meses, el Gobierno había presentado medidas para reducir el déficit fiscal, pero las propuestas del ministro de Hacienda no coincidían con la visión del presidente. Petro ha sido firme en su deseo de mantener una política fiscal expansiva, mientras que Guevara insistía en la necesidad de implementar recortes y ajustes para garantizar la estabilidad económica a largo plazo.
Este desacuerdo en torno al manejo de las finanzas públicas se intensificó aún más cuando se conoció que Colombia arrancó el 2025 con el peor déficit fiscal en 21 años, lo que provocó una creciente preocupación sobre la viabilidad de las políticas económicas del Gobierno. A pesar de la presión interna y externa, Guevara seguía defendiendo su postura de mantener una disciplina fiscal más estricta, lo que finalmente terminó por erosionar la relación con Petro.