
El Gobierno de Colombia confirmó este lunes 20 de octubre que el embajador en Estados Unidos, Daniel García-Peña, fue llamado a consultas tras el reciente choque diplomático con la administración del presidente republicano Donald Trump. La decisión fue anunciada por la canciller Rosa Villavicencio, quien informó que el diplomático ya se encuentra en Bogotá y se reunirá con el presidente Gustavo Petro para evaluar los próximos pasos.
La medida se produce después de que Trump calificara al mandatario colombiano como un “líder del narcotráfico” y anunciara la suspensión de ayudas económicas destinadas a la lucha contra el narcotráfico en el país. Además, el presidente estadounidense adelantó la imposición de nuevos aranceles a las importaciones colombianas, lo que podría afectar gravemente el comercio bilateral.
En respuesta, la Cancillería de Colombia emitió un comunicado en el que rechazó de manera enérgica las declaraciones de Trump, calificándolas como “una amenaza directa contra la soberanía nacional” y “un acto de la mayor gravedad”.
El documento oficial también subrayó que las afirmaciones del líder republicano “atentan contra la dignidad del presidente de los colombianos”, destacando los avances de Petro en la lucha contra el narcotráfico y las incautaciones históricas de drogas ilícitas registradas en su administración.
El Ministerio de Relaciones Exteriores advirtió que el Gobierno colombiano “acudirá a todas las instancias internacionales en defensa de su soberanía y de la dignidad del presidente”, al considerar que las declaraciones de Trump implican una posible intervención ilegal en territorio colombiano, contraria al Derecho Internacional y los tratados de cooperación bilateral.
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El conflicto diplomático se agravó luego de una operación militar estadounidense en el mar Caribe, en la que un submarino presuntamente colombiano fue atacado bajo la sospecha de transportar drogas. Petro denunció que se trató de un acto extrajudicial y una violación de la soberanía, lo que llevó a un intercambio de acusaciones entre ambos mandatarios.
Este nuevo episodio aumenta la tensión entre Colombia y Estados Unidos, dos países que históricamente han mantenido una alianza estratégica en materia de seguridad, comercio y lucha antidrogas. Analistas internacionales advierten que las medidas anunciadas por Washington podrían afectar las exportaciones colombianas y deteriorar aún más la relación bilateral, que atraviesa su momento más crítico en años.