Heidy Sánchez Barreto

Abogada de la Universidad Libre, especialista en derecho ambiental y cursa maestría en derecho constitucional de la Universidad Externado de Colombia. Se reconoce como una mujer feminista y antimilitarista, que representa desde el Concejo de Bogotá a las nuevas generaciones de la Unión Patriótica, partido del cual es su presidenta a nivel distrital.

Heidy Sánchez Barreto

Sistema Distrital de Cuidado: entre la promesa transformadora y la realidad limitada

El Sistema Distrital de Cuidado (SIDICU) representa un avance importante para Bogotá al buscar garantizar el acceso al cuidado y redistribuir el trabajo no remunerado, asumido históricamente por mujeres. Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) 2020-2021, en Colombia las mujeres dedican en promedio 19,7 horas semanales a estas tareas, y en Bogotá 6 horas y 47 minutos diarias; el 89,2 % de ellas participan en actividades de cuidado no remunerado. Frente a esta realidad, es indispensable consolidar un sistema robusto que reconozca el cuidado como eje central de la política pública distrital. Sin embargo, el SIDICU no está cumpliendo plenamente sus objetivos y presenta limitaciones en su diseño, implementación, operación y evaluación.

Desde su creación, las Manzanas del Cuidado fueron concebidas como espacios que agrupan y articulan servicios bajo criterios de proximidad y multifuncionalidad; sin embargo, este diseño no responde plenamente a las necesidades reales del cuidado. Al limitarse a unificar servicios ya existentes de distintas entidades, su articulación efectiva se ve seriamente dificultada. El informe del SIDICU evidencia que el conocimiento y apropiación del enfoque del Sistema es muy desigual entre las entidades, lo que obstaculiza la coordinación y reduce su capacidad transformadora en la vida de las personas cuidadoras.

A ello se suma la falta de adecuación de los horarios de atención, pues la mayoría de servicios se ofrecen entre las 7:00 a. m. y las 5:00 p. m., sin tener en cuenta que cerca de 2 millones de mujeres trabajan de forma asalariada y enfrentan una doble carga laboral. Además, la cobertura general de las Manzanas alcanza solo el 36 % a nivel distrital: únicamente La Candelaria y Santa Fe superan las metas esperadas, mientras que en localidades como Antonio Nariño, Suba, Fontibón y Puente Aranda las coberturas son críticas, oscilando entre el 5 % y el 21 %. De 19 localidades evaluadas, solo 7 superan el 50 % de cobertura; vale resaltar, además, que en esta medición Sumapaz ni siquiera se incluyó.

A los límites estructurales del Sistema se suma una tendencia a su debilitamiento. El Programa 2 del Plan Distrital de Desarrollo (PDD), dentro de la meta 12, fijó como objetivo alcanzar 31 Manzanas del Cuidado al final del cuatrienio. La administración actual recibió 23 y, a la fecha, la ciudad cuenta con 25, tras la apertura de dos nuevas en 2024 (Suba y Engativá). Aún faltan 6 por poner en funcionamiento para cumplir la meta, y el avance, según el seguimiento al PDD, apenas llega al 25 %. Este panorama genera dos preocupaciones: (i) que, tras casi dos años de gobierno, no se haya alcanzado el 50 % de la meta y (ii) que en 2025 no se haya inaugurado ninguna Manzana adicional.

Aunque la Secretaría de la Mujer ha señalado que el presupuesto destinado al funcionamiento del SIDICU para 2025 refleja un incremento, dicho aumento no se traduce en un verdadero fortalecimiento integral del sistema. Por el contrario, se evidencian situaciones como la suspensión o desaparición de algunos servicios fundamentales, lo que resulta contradictorio. A continuación, se presentan algunos ejemplos que ilustran esta problemática.

  1. Buses del Cuidado: desde el 30 de abril de 2024 dejaron de operar por la finalización del contrato con la empresa encargada, sin que exista uno nuevo mientras avanza el proceso licitatorio. La situación es especialmente crítica en Sumapaz, única localidad sin Manzana del Cuidado fija y dependiente de este modelo rural, cuya cobertura ha sido mínima y decreciente: 217 personas atendidas en 2021, 30 en 2022, 9 en 2023 y ninguna en 2024.

  2. Programa de Relevos de Cuidado Casa a Casa: implementado desde octubre de 2021 mediante el contrato 847-2021 por $4.706 millones, ofrecía a los hogares de personas cuidadoras dos servicios principales: labores de aseo y acompañamiento a la formación. En septiembre de 2022 se registraron presuntos incumplimientos que derivaron en proceso sancionatorio y, en noviembre, en la declaración de incumplimiento parcial, una multa de $316 millones y la posterior liquidación del contrato. Tras ello, se puso en marcha el Modelo de Asistencia Personal del programa Asistencia en Casa, dirigido a personas con discapacidad con altos niveles de apoyo, vigente entre el último trimestre de 2023 y diciembre de 2024. Desde entonces, el SIDICU carece de un programa similar en funcionamiento, pues el nuevo modelo sigue en estructuración. Aunque otras entidades distritales mantienen servicios, ninguno busca reducir el tiempo de cuidado no remunerado.

  3. Suspensiones y retiros de programas: entre mayo y septiembre de 2024 se registraron 69 suspensiones por dificultades en los procesos de contratación, afectando a todas las localidades, especialmente a Ciudad Bolívar (9) y San Cristóbal (7). Además, hubo 21 retiros de servicios en 12 localidades, siendo nuevamente Ciudad Bolívar la más impactada, con cinco retiros.

Aunado a lo anterior, el informe del SIDICU plantea dos preocupaciones centrales. En primer lugar, evidencia una fuerte sobrecarga laboral en la operación del Sistema, especialmente en los roles de liderazgo, en un contexto sin prácticas institucionales de autocuidado. Este desgaste también afecta al personal operativo, como en la Manzana del Cuidado de Manitas (Ciudad Bolívar), donde una trabajadora de lavandería atiende semanalmente a 91 personas, lavando hasta 8 kilos por usuario en jornadas intensas y con tiempos limitados. Pese a la alta demanda, las trabajadoras están vinculadas por prestación de servicios, con horarios fijos, sin garantías laborales y con ingresos reales de $2.626.027 mensuales, lo que refleja condiciones precarias frente a la relevancia de su labor.

En segundo lugar, el informe revela deficiencias en la medición: solo se evaluaron 3 Manzanas (12 % del total), todas con alta cobertura, lo que sesga los resultados y sobrestima la eficacia del Sistema. Además, se contabilizan atenciones en lugar de personas únicas, distorsionando el análisis de costo-efectividad.

En conclusión, el SIDICU evidencia un diseño centrado en unificar servicios preexistentes con baja articulación institucional, sin responder plenamente a las necesidades de las cuidadoras. Su cobertura es limitada (36 % distrital) y desigual, Sumapaz sigue sin Manzana del Cuidado, sin reconocer la doble carga de las mujeres que trabajan y cuidan, lo que exige ampliar horarios. A ello se suman la suspensión de buses, el fin de los relevos y las interrupciones frecuentes, reflejando un déficit estructural. El Sistema se sostiene en trabajo precario, con contratos por prestación de servicios, sobrecarga y ausencia de derechos y autocuidado, trasladando el cuidado de una mujer a otra. Además, sus indicadores no miden efectivamente la reducción del trabajo no remunerado.

Finalmente, es clave reconocer a las cuidadoras en todos los ámbitos, avanzar en el artículo 68 del PDD y articular con universidades públicas; la experiencia de la Universidad Pedagógica ofrece un referente para construir Manzanas universitarias sin lógicas homogeneizadoras y aprovechando la autonomía.

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Heidy Sánchez Barreto
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