El dominio absoluto de los Kansas City Chiefs en la NFL llegó a un abrupto final el domingo 14 de diciembre de 2025 en el Arrowhead Stadium. Tras caer 13-16 ante los Los Angeles Chargers, el equipo dirigido por Andy Reid quedó matemáticamente eliminado de la contienda por los playoffs por primera vez en la era de Patrick Mahomes. La derrota no solo sepultó sus aspiraciones al Super Bowl LX, sino que dejó una herida mayor: la confirmación de una rotura de ligamento cruzado en la rodilla izquierda de su quarterback estrella, quien estará fuera de los campos hasta finales de 2026.
La eliminación marca un hito histórico de vulnerabilidad para una franquicia que había convertido la Final de Conferencia en una cita anual. Con un récord de 6-8 y tres derrotas consecutivas, los Chiefs se despiden de una racha de nueve títulos divisionales consecutivos en la AFC Oeste, cediendo el trono a unos revitalizados Denver Broncos y Chargers.
El vacío que deja Mahomes es profundo. Sin su movilidad característica y con un roster que muestra signos de desgaste salarial, la ofensiva se ha desplomado a niveles no vistos desde 2014. Hoy, en plena jornada navideña, el equipo sale al campo con su tercer quarterback, Chris Oladokun, simbolizando el cierre de un ciclo que para muchos analistas significa el fin de la dinastía más importante de la última década.
El futuro inmediato de Kansas City es una incógnita. Con Travis Kelce enfrentando rumores de retiro y una reconstrucción forzada por la salud de su capitán, la AFC se prepara para un nuevo orden jerárquico donde los Chiefs, por ahora, han dejado de ser los protagonistas.
